Ruta de Senderismo con niños: Cahorros de Monachil con niños: puentes colgantes, pasarelas, túneles y más diversiones
El cañón del Río Monachil es un entorno espectacular en la provincia de Granada, en el Parque Nacional de Sierra Nevada que ofrece la posibilidad de disfrutar de la naturaleza en familia, ya que se puede hacer con niños.
El sendero se adentra en el desfiladero del río Monachil a través de pasarelas de madera, puentes colgantes y escaleras, todo ello muy cerca del cauce del río, lo que aporta a la ruta un matiz de belleza. Incluso vamos a disfrutar de cascadas preciosas, rodeadas de vegetación de ribera.
Se trata de una de las rutas más bonitas y conocidas de Granada, y también muy concurrida. Por ello, recomendamos, a ser posible, realizarla en días no festivos. Incluso entre semana, podemos encontrar gran afluencia de visitantes, dada su popularidad y la cercanía de Granada capital.
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Los Cahorros de Monachil
Recomendaciones para hacer la ruta de senderismo por Los Cahorros de Monachil
Aunque hemos mencionado que la ruta es apta para hacer con niños, recomendamos que no se haga con niños muy pequeños. Va a depender mucho de la destreza del menor, pero hay que decir que el sendero tiene puentes colgantes, pasos estrechos y zonas donde hay que agacharse para gatear, ya que las paredes no permiten pasar de pie. Cada cual tendrá que decidir en función de las destrezas de los niños. Tampoco recomendamos realizarla porteando niños precisamente por estos pasos angostos.
Y en caso de ir con niños, sean de la edad que sean, mucha precaución en los puentes y pasos estrechos. Pueden colarse por los huecos de las barandillas o por el suelo, ¡mucho ojo!
Dada la cantidad de personas que se acercan a ver este entorno, hay que extremar las precauciones al cruzarse con gente que vengan en dirección contraria. Incluso, en algunos casos habrá que retroceder a un punto más ancho para poder avanzar. Por ello, si tienes la opción de hacer la excursión en un día entre semana, ¡mucho mejor!
No realizar la ruta en época de deshielo cuando el río va muy crecido, o en época de mucha lluvia.
Desde Monachil, por el cauce del río
Nosotros comenzamos la excursión en el mismo pueblo de Monachil, bajando al río, y la hicimos lineal, ida y vuelta, aunque hay opciones de hacer la ruta circular, e incluso, comenzar más cerca de Los Cahorros, dejando el coche en el parking del Restaurante El Puntarrón, en las afueras del pueblo. Esta opción no nos convenció porque queríamos ver el sendero del río desde el pueblo, así que aparcamos en el mismo pueblo de Monachil.
Nuestra ruta tiene aproximadamente 10 Km. Y unos 230 metros de ascenso acumulado. Por lo que, si lo hacéis con niños, tienen que estar acostumbrados a caminar un buen trecho.
Han habilitado un aparcamiento en el pueblo, cerca del río en la calle Huénes. Desde el parking de Los Cahorros, nos acercamos al río y vemos un panel informativo de la ruta circular. Continuamos por un carril y enseguida bajamos por unas escaleras y nos situamos en el cauce, por donde transcurre el sendero la primera parte de la ruta.
Vamos caminando paralelos al río, acompañados por el rumor del agua y rodeados de un precioso bosque de galería. Hay algunos sube y baja, escaleras y algún tronco caído, pero en general, el sendero es sencillo y muy fácil de seguir.
Pasamos al lado de una central eléctrica en desuso (La Trola) y poco después llegamos a Central Eléctrica El Tranvías, aún en funcionamiento.
Los Puentes Colgantes
Pronto llegamos al primer puente colgante, cortito y rodeado de vegetación. Lo atravesamos y vemos una preciosa cascada, justo antes de llegar a otro puente colgante, pintado de rojo, éste, un poco más largo que el anterior, al que llegamos después de subir unas escaleras y caminar un pequeño tramo por una acequia. En estos puentes, deberíamos llevar a los niños más pequeños de la mano, y tener mucha precaución en general con los niños de todas las edades porque en algunos tramos del puente faltan maderas en la parte del suelo.
Ahora toca subir muchas escaleras, porque hay que superar bastante desnivel para llegar a parte más estrecha del cañón del río Monachil. Esta parte se puede hacer un poco más pesada pero el paisaje del entorno lo compensa enormemente.
Atravesamos un tercer puente, pequeñito pero espectacular por su entorno. Y seguimos subiendo escaleras hasta llegar a unas ruinas justo en un cruce de varios senderos. En este punto, existen varias opciones en los alrededores, con caminos balizados y equipados con barandillas de madera que discurren por las zonas más altas y tienen vistas panorámicas del entorno.
Y por fin llegamos al espectacular cuarto puente, recientemente restaurado y que es el más largo de todos, 63 metros de longitud sobre el río, y con las paredes del cañón a la vista, ¡una gozada para los sentidos!
Paraíso de los amantes de instagram y de los selfies, hasta aquí se acercan muchos solo a fotografiarse en el puente, así que es difícil encontrarlo solitario. Al cruzarlo, vemos que hay una represa que deja caer una cascada. Y también encontramos gente practicando escalada en las paredes del cañón, ya que hay varias vías en esta zona. Las fotos son preciosas, pero nada que ver con la realidad, te dejamos algunas.
El desfiladero, ¡a gatear!
Y después de pasar por el puente más popular de Monachil, el más largo y fotografiado de la ruta, nos situamos en la parte más estrecha del cañón, reino de las sombras, donde es muy difícil que llegue el sol, y donde el río se encañona y se hace más veloz.
Justo en esta parte, es donde el sendero también se estrecha y nos obliga a pasar pegados a las grandes paredes que delimitan el río. Incluso a veces tenemos que pasar agachados o gateando. Han instalado grapas y pasamanos en algunos puntos para ayudar a los senderistas a pasar con más facilidad.
Esta parte, los niños más pequeños lo tendrán más difícil, pero haber llegado hasta aquí ya merece la pena. También será en este punto donde nos encontraremos con grupos en ambos sentidos y será imposible pasar en paralelo, habrá que retroceder y organizarse.
La belleza del lugar es asombrosa. Llegamos a una especie de cueva natural, conocida como Cueva de La Paloma, donde anidan palomas y otras aves, y parece que entramos en "otro mundo" dominado por la oscuridad y el rugir de las aguas que en este punto se hacen más veloces por la estrechez del cañón.
Si continuamos por el cañón llegaríamos hasta el entorno conocido como las Azuelas donde hay una fuente y otro puente colgante. Nosotros, al ir con una niña de 4 años nos hemos quedado en la Cueva de la Paloma y ahí hemos dado la vuelta para regresar sobre nuestros pasos.
A la vuelta, aprovechamos para fotografiar con más calma el paisaje y los detalles, mientras uno de nosotros se acerca a caminar algunos de los senderos que discurren por la parte superior del río, camino conocido como Los Cahorros Altos, que si bien, están más expuestos al sol, no desmerecen de belleza por las panorámicas a las que se asoman.