Playas y calas vírgenes en Murcia: Puntas de Calnegre y Cabo Cope

Nos acercamos a Punta de Calnegre, a unos 30 minutos en coche de Águilas, para ir a ver esta parte de la costa y sus calas enclavadas entre oscuros materiales rocosos y paisaje montañoso, semidesértico, con su personalidad y encanto.

El punto de partida para nuestro sendero es el Chiringuito El Líos, en la Cala Calnegre, al que se accede desde la carretera tras conducir poco más de 1 Km. por una pista terriza en buenas condiciones.

Cala Calnegre es una playa relativamente aislada, bastante natural con una longitud de 1 Km. y una anchura de 30 metros. Cuenta con un aparcamiento amplio.

Allí dejamos el coche aparcado y desandamos el último tramo de carril para tomar la pista a la izquierda y seguir subiendo unos metros caminando. Desde Cala Calnegre vamos a hacer un paseo hasta llegar a Cala Siscal donde nos quedaremos un rato de playa.

Este paseo no es muy largo, pero hay que decir que tiene dos subidas pronunciadas que se les puede hacer un poco pesado a los niños. Realmente se podría hacer en coche teniendo precaución, aunque eso depende de cada cual. Nosotros preferimos hacer esta parte caminando porque el coche que llevamos es muy bajo.

Tras el primer repecho comienza una bajada por la que ya vemos la Cala Baño de Mujeres, muy pequeñita y con mucho encanto.

Después de hacer una breve parada y unas fotos continuamos por la pista, ahora en fuerte pendiente ascendente, pero en unos 700 metros acabamos por llegar a la Cala Siscal, donde permanecemos unas cuantas horas para disfrutar del día de quietud veraniego y explorar la zona, tanto por tierra como por mar.

Aquí la pista termina y no se puede continuar en coche, pero el sendero (GR92) continúa subiendo, ahora hacia el interior, para tras 1.5km llegar a la solitaria y bella Cala Honda.

Cala Siscal es ideal para que los niños disfruten, con fina arena y de muy poca profundidad, mucho más amplia que Baño de Mujeres y menos concurrida, aunque no tan solitaria como la Cala Honda, que estaba desierta.

Durante nuestra larga parada, uno de los integrantes de Reporteros nada la distancia entre la Cala Siscal y la Cala Honda, unos 850 m. nadando entre posidonia intercalada con algunas rocas y bancos de arena con peces de muchos tipos, pepinos de mar, erizos y una rica fauna marina. Y por suerte, ninguna medusa. Al llegar a Cala Honda le esperaba una curiosa historia.

Para mi sorpresa, una vez que desembarco en Cala Honda me encuentro un grupo de personas que están grabando un documental y que llevaban unos días aislados en este lugar. Están haciendo una convivencia de supervivencia y me comentan como intentan extraer agua potable por evaporación y condensación. Tras compartir unos minutos, regreso. El mar todos estos días se presenta calmado y con aguas transparentes.

También hacemos una incursión por el borde de la Cala Siscal, por las paredes de piedra, examinando la fauna marina que hay en las rocas, como tomatillos de mar, erizos y también la riqueza de minerales variados. Los fondos marinos también son dignos de ver en esta parte de la costa con la presencia de praderas de posidonia y muchos peces.

Datos prácticos

• Cala Calnegre, donde dejamos el coche es la más grande de todas las calas de la zona. Cuenta con algunos servicios como el chiringuito, una fuente de agua para limpiar los pies, contenedores de basura. Con todo, sigue siendo una playa aislada y bastante solitaria.
• Cala Siscal es la última cala accesible en coche, aunque para llegar a ella, el carril es un poco dificultoso para un turismo normal. En el parking pueden caber 20-30 coches.
• Hay papeleras en todas las calas, y por ello no entendemos cómo podemos encontrar basura en el campo.
• No hay cobertura móvil en ningún momento.
• Todas las calas forman parte del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre.

En la provincia de Murcia hay playas muy hermosas y sería difícil elegir la más bonita. Pero cuando descubres Cala Blanca piensas "ni, en mis mejores sueños hubiera imaginado una playa así". Esta playa es distinta a todas las que hemos visto.

Para llegar a Cala Blanca tomamos una pista asfaltada desde la carretera que nos deja en las inmediaciones de la playa. Enclavada entre altos acantilados, con una semicúpula de roca, Cala Blanca es un paraíso para los amantes de las playas naturales. Con el suelo de guijarros y pequeñas conchas, esta playa tiene unos fondos marinos alucinantes.

Sus aguas cristalinas hacen posible bucear para observar las praderas de posidonia y animales marinos. Es un poco profunda al principio y hay que tener un poco de precaución si vamos con niños, sobre todo si hay oleaje. Si vas en un día con poco movimiento, disfrutarás al máximo con unas gafas de bucear.

Desde Cala Blanca hay opción de hacer senderismo a lo largo de la costa, lo que te da la oportunidad de descubrir calas y playas muy especiales. Te contamos dos paseos que se pueden hacer partiendo desde la preciosa Cala Blanca. Uno hacia el sur en dirección a Cabo Cope y otro hacia el Norte, en dirección a las playas de Puntas de Calnegre.

El sendero Marina de Cope empieza en la Playa de la Galera, un poco más hacia el sur desde Cala Blanca.

En este recorrido visitaremos calas y playas de gran belleza, muy aisladas y naturales, con poca afluencia de visitantes. También observaremos cómo anidan las aves en los huecos de los acantilados y veremos un antiguo embarcadero romano. Un plan que no te puedes perder.

Tras visitar Cala Blanca nos dirigimos hacia el sur, con el cabo de cope al frente. Llegamos a Cala Larga, y a la Playa de la Galera, donde comienza el Sendero oficial Marina de Cope. El día está un poco ventoso y encontramos a unos chicos haciendo surf.

Vemos el Islote Chapa de los Pájaros, un pequeño islote plano dónde es muy fácil ver ejemplares de gaviota de Audouin y de Cormorán Moñudo secándose al sol. Justo enfrente tenemos una playa resguardada de los vientos y del oleaje y aprovechamos para quedarnos un rato.

Un poco más adelante, por el sendero, encontramos un embarcadero romano. Según nos cuentan en la tablilla informativa que hay en este lugar, su perfecta silueta plana no es casual, sino que es producto del trabajo de los romanos.

La cala del Pozo de las Huertas es la pequeña playita resguardada por el espigón del embarcadero. Seguidamente nos encontramos una cala de mayor dimensión y muy bella estampa, la Playa del Saladar.

En este mismo punto es donde podemos ver la vegetación en el criptohumedal, que se extiende hasta los verdes cultivos que se encuentran detrás. Se trata de un tipo de humedal en el que el agua no llega a la superficie. En estos ecosistemas, el agua no llega a aflorar, pero se queda muy cerca, empapando las raíces de las plantas. El suelo está compuesto principalmente por margas y arcillas, materiales impermeables, lo que hace que el agua salada quede atrapada formando grandes charcos que, al evaporarse, dejarán en el suelo costras de sal como huella de su presencia. Esto los convierte en refugio de especies altamente especializadas y de gran valor científico.

La ruta continúa por la costa hasta otra cala: Playa del Pocico del animal donde comienza a realizar un círculo al interior. Desde esta parte vemos la lengua oscura de la punta Calnegre, y la pista por la que se accede a Cala Siscal. Toda la zona donde estuvimos en jornadas anteriores.

Nosotros regresamos por el mismo camino de la costa hacia donde habíamos dejado el coche, muy cerca de Cala Blanca.

Otro de los paseos que se pueden hacer desde Cala Blanca es por el sendero GR92 en dirección a Puntas de Calnegre. En una ocasión anterior, partiendo desde la playa de Calnegre habíamos llegado hasta Cala Honda. Y hoy desde el otro extremo, desde Cala Blanca, queríamos llegar de nuevo hasta Cala Honda, completando todo este tramo de costa.

Desde Cala Blanca a Cala Honda, son unos 5,2 km. de recorrido solo ida. La primera parte hasta el cuartel de Císcar es algo más sencillo, aunque en casi todo momento tenemos que salvar los obstáculos del terreno con sube y baja algunas veces con repechos que añaden desnivel acumulado.

Para esta ruta, recomendamos calzado cerrado, ropa adecuada para caminar, agua, gorro y protección solar, sin olvidar una buena cámara de fotos. ¿Preparados para descubrir un sendero costero alucinante? Te lo contamos.

Partimos desde Cala Blanca siguiendo el sendero GR-92, que es una ruta de Gran Recorrido costera del Mediterráneo. En muchas ocasiones vemos que hay senderos más cerca de la costa, porque el sendero oficial discurre más hacia el interior. Cuando podemos caminamos por los senderos más costeros aprovechando la brisa marina que se agradece en época estival.

El paisaje es fascinante, la mayoría de las playas están desiertas. El contraste entre el azul del mar y la roca oscura es impactante, las aguas cristalinas y la vegetación semidesértica hacen del lugar algo auténtico.

Entrando ya en la descripción de la ruta, partiendo de Cala Blanca vamos viendo el GR que supera la cala, pero nosotros vamos un poco a la derecha tomando un caminito que nos deja encima de uno de los acantilados de cala blanca y por el que continuaremos para encontrarnos enseguida con otra cala preciosa y pequeña formada por dunas fósiles.

Poco después llegamos a la Playa de los Hierros, donde vimos que una caravana se había aventurado a llegar hasta la misma playa por el sendero.

Llegamos a un refugio de pescadores, desde donde ya vemos a lo lejos el cuartel de Císcar. Una vez allí, nos sorprende ver algunos utensilios todavía de antaño: una cama vieja, una maleta y algunas herramientas viejas.

Desde aquí seguimos por el GR, siempre con la opción de caminar por el sendero más cercano a la costa. Si elegimos esta opción de salirnos del camino oficial, hay que tener en cuenta que puede haber algunas zonas un poco más complicadas por el terreno y que de un año para otro puede variar, puede haber algún desprendimiento causado por las lluvias o por las mareas.

Llegamos a la preciosa Cala Honda por un canutillo cubierto de adelfas, con un colorido espectacular y aquí decidimos regresar a Cala Blanca, eligiendo los senderos más cercanos a la costa, ya que el calor aprieta.

Después del paseo, pasamos un largo rato en Cala Blanca disfrutando de la sombra natural que proporcionan sus acantilados, buceando y haciendo fotos a las cuevas trogloditas algunas conectadas entre sí para nuestra maravilla.

Avanzada la mañana, el oleaje ha aumentado y advertir que hay que tener mucha precaución en esta playa pues hay rocas bastante pronunciadas en algunos puntos al poco de acceder al agua desde la orilla. Además, se pueden formar corrientes de efecto rebote por lo encajonada que está por sus acantilados. Hay que tener en cuenta que Cala Blanca es en la misma medida bella y salvaje.

Nos hemos dirigido a la zona de Cabo Cope, una montaña rodeada por mar y con altos acantilados. Hemos querido hacer una ruta de senderismo que sube hasta su punto más alto y lo rodea.

La versión circular que hemos hecho es para senderistas experimentados y no la aconsejamos para hacer con niños puesto que tiene partes de bajada muy pronunciada con facilidad de perder el sendero y despistarse, así como un par de pasos que consideramos que son algo peligrosos. Si no queremos correr riesgos, recomendamos hacer la ruta en sentido lineal, pasando por los dos miradores, avanzar hasta que consideremos oportuno y luego darnos la vuelta.

Partimos desde la Torre de Cope, donde tenemos un entorno singular de dunas fósiles y la ermita de Cope que merecen la pena ver. Este sitio es el punto de aparcamiento.

Desde el aparcamiento comenzamos a andar hacia la mole del Cabo Cope y pronto veremos una casa hacia la que nos dirigimos para pasar por delante, entre la casa y el acantilado. Luego bajaremos a unas calitas que también son muy agradables por si queremos darnos un baño antes o después de la ruta. Se trata de la Playa de la Ensenada de la Fuente.

Un poco más adelante de este punto tenemos unas balizas y aquí es donde podemos decidir qué parte de la ruta hacemos o bien, si somos experimentados y queremos arriesgarnos hacer toda la ruta completa que son unos 7 km.

La primera parte que vemos sube por un sendero que ya vemos avanzar en subida por la montaña del Cabo Cope, con el agua cristalina por debajo. Este tramo termina en el Mirador Cerro de las Cabricas, con un panel informativo.

En el mirador, unas marcas nos indican que el camino no continúa hacia la derecha, aunque nosotros continuamos por aquí. La otra rama y que recomendamos, lleva hasta el Mirador del Cocón de Cope, con vistas a la Playa de Calabardina, Águilas y la Isla del Fraile.

Una vez de regreso al aparcamiento, cogemos el coche y nos desplazamos a la cercana Playa del Arroz, otra playa natural del entorno muy adecuada para ir con niños, ya que es muy bajita en la orilla y hay muchas zonas de arena. Es totalmente natural, en un entorno único, aunque aquí hay más afluencia de personas ya que se puede llegar con el coche hasta la misma playa.

Si os gusta bucear, también ofrece opciones cerca de las rocas sumergidas los laterales de la playa. Es una zona ideal para hacer snorkel, con presencia de posidonia, bancos de peces (doncellas, herreras, sargos, viejas…)

Si vas a bucear, recomendamos precaución y protegerse los pies ya que hay erizos de mar, y una especie de anémona que desconocíamos que existía en esta zona y que desafortunadamente descubrimos en nuestra propia piel que era urticante, con resultado parecido a la picadura de medusa.

Águilas está en la costa de Murcia, muy cerca de la provincia de Almería y se trata de un lugar que combina visitas turísticas interesantes con playas y calas preciosas y la posibilidad de practicar deportes acuáticos, como snorkel o paseos en kayak.

Sin duda, Águilas es una ciudad en la que hay mucho que ver, y como en todos los destinos, siempre nos quedamos con ganas de recorrer sus rincones con más tranquilidad.

En esta ocasión, nos hemos desplazado a Águilas para descubrir una pequeña parte de lo que esconde y con la promesa de volver para ampliar nuestra visita.

Nos acercamos a visitar el Embarcadero del Hornillo en Águilas, una estructura de acero y hormigón construido en 1903 y que tenía como finalidad la carga de hierro desde el ferrocarril hasta los barcos para su transporte por mar. Está en desuso y está considerado el segundo más importante de España.

Las visitas son restringidas y hay que solicitar cita en la Oficina de Turismo de Águilas (Tel. 968 49 32 85).

La visita del embarcadero comienza muy cerca de la playa de los Cocedores desde donde podemos hacer una foto estupenda del embarcadero con la Isla del Fraile al fondo.

También muy cerca se encuentra el CIMAR, el Centro de Interpretación del Mar, un museo gratuito en el que podrás ver acuarios con peces de la zona y objetos relacionados con el mar. La parte exterior del museo es muy chula y encantará a los niños porque se trata de un barco real en un entorno decorado con criaturas marinas, ideal para una sesión de fotos.

La Playa del Cigarro y la Isla del Fraile

Desde el embarcadero del Hornillo nos quedamos maravillados con la fantástica Isla del Fraile y la playa que está enfrente, a la que le llaman Playa Amarilla o Playa del Cigarro. Y decidimos acercarnos a pasar un rato en la playa, y ¡nos encantó!

Se trata de una pintoresca playa muy natural con unos fondos marinos muy bien conservados. Además, es apta para niños, ya que es una playa de arena con acceso al mar muy progresivo que cubre poco en la orilla.

Se puede nadar e incluso caminar en bajamar hasta la Isla del Fraile, aunque hay que tener en cuenta que está prohibido caminar por la superficie de la isla por motivos de protección del ecosistema y también por desprendimientos que pueden llegar a ser peligrosos.

Otras visitas imprescindibles de Águilas

Sin duda, nos quedamos con ganas de volver y ampliar información y visitas de la maravillosa población de Águilas. Nos apuntamos para más adelante las siguientes visitas:

• Castillo de San Juan de las Águilas
• Plaza de España
• Paseo Marítimo
• Molino de Sagrera y Mirador de la Calica
• Pico de la Aguilica