Planes y rutas en Beceite y comarca del Matarraña: descubre un paraíso natural en Teruel
Si buscas un destino de naturaleza ideal para viajar en España, la comarca del Matarraña, en Teruel ofrece muchas posibilidades para un viaje muy completo y divertido, ya sea en pareja, con amigos o en familia con niños. Pueblos como Beceite, Valderrobres, parajes como el Parrizal, las pozas de la Pesquera y mucho más ¡te enamorará esta tierra!
La comarca del Matarraña, en Teruel, es conocida como "la Toscana española" por sus encantadores paisajes, pueblos con historia y naturaleza salvaje. Hay mucho que ver y, por eso, es importante tenerlo todo bien planificado para aprovechar el tiempo y no perderse nada. Te ayudamos con la organización presentándote un plan que combina rutas de senderismo, pueblos, cultura y gastronomía ¡Acompáñanos en este artículo!

Índice de temas
- Ruta del Parrizal en Beceite, descubre el río Matarraña desde sus impresionantes pasarelas
- Pueblo de Beceite y la Fuente de la Rabosa
- Pueblo de Valderrobres, uno de los más bonitos de Teruel
- Peñagalera y Pozas de la Pesquera, el agua y la piedra como protagonistas
- Peñarroya de Tastavins, las rocas del Masmut y visita a Inhospitak
- Otros imprescindibles en la comarca del Matarraña
- Gastronomía y productos típicos en Valderrobres y Beceite
- Comentarios
Ruta del Parrizal en Beceite, descubre el río Matarraña desde sus impresionantes pasarelas
Una de las visitas estrella de la Comarca del Matarraña es el Parrizal, ubicada en la pintoresca localidad de Beceite. Es un recorrido de 6 kilómetros ida y vuelta de dificultad baja, que se puede hacer incluso con niños que estén acostumbrados a caminar. El paisaje del Parrizal es precioso y la caminata se hace corta por la espectacularidad del entorno.
Existe la opción de hacer el recorrido circular, empezando de ida, por la versión clásica de las pasarelas, y regresando por un sendero un poco más alternativo que discurre en altura y es algo más montañero, con varios miradores espectaculares y la presencia continua del vuelo de los buitres que habitan este rocoso entorno. Se trata de la llamada Ruta Salobre y Senda de la Mina, que están señalizadas con balizas verticales.


Entradas para visitar el Parrizal de Beceite
El Parrizal de Beceite es un espacio regulado por el Ayuntamiento, en el que tendrás que sacar las entradas con antelación y pasar por la caseta de madera que hay en la entrada.

En cuanto al precio, tiene un coste de 8€ por adulto. Los menores de 6 a 11 años: 2 €. Menores de 6 años entran gratis. El horario de acceso es de 9 a 17 h.
La duración media del recorrido en su versión lineal ida y vuelta es de dos horas y media aproximadamente, aunque, dependiendo de lo que nos entretengamos con las fotos, tardaremos más o menos. La opción circular por la Senda Salobre y de la Mina nos llevará unas tres horas y media o cuatro horas, dependiendo de nuestro ritmo.


Dónde empieza la ruta del Parrizal de Beceite
Desde el pueblo de Beceite, seguiremos las señales hacia el Parrizal que nos llevarán por una pista rural muy estrecha hasta llegar al parking número 3. Allí tendremos que estacionar (la plaza la tendremos asegurada si hemos sacado nuestra entrada por internet). Pasaremos por la caseta de madera donde nos escanearán la entrada. Podemos llevarla impresa o en el móvil.
Nuestra experiencia en la ruta del Parrizal de Beceite

Tenemos que decir que la ruta del Parrizal de Beceite es una ruta de las que nos gusta llamar de cinco estrellas. Una caminata muy variada, entretenida y bella a nivel paisajístico, donde nos vamos fundiendo con la naturaleza a la vez que nos acercamos al estrecho del Parrizal, la zona más sorprendente y bonita del recorrido, cuando las paredes del cañón solo dejan pasar unos rayos de luz y el cauce se concentra cristalino en unos pocos metros por debajo de las pasarelas. También encontrarás tesoros como las pinturas rupestres de la Fenellassa, la Cueva de la Dona, y vestigios mineros de una época pasada.

Abrigo de la Fenellassa y Cueva de la Dona
Después de aparcar, comenzamos a caminar por un sendero amplio y sin desnivel y, al poco rato, nos llevamos la sorpresa de encontrar el Abrigo de la Fenellassa, con pinturas rupestres, descubiertas en 1966.

Continuamos caminando y, en la parte izquierda encontramos la Cueva de la Dona, a la que solo subiremos si tenemos tiempo y destreza ya que está muy empinada para llegar. Nosotros lo intentamos, pero nos dimos cuenta de que el terreno estaba complicado, así que nos dimos la vuelta para continuar la ruta.
Al poco, vemos un puente a nuestra derecha que señala la senda de la Mina, que será justo por donde regresaremos a la vuelta.

Las pasarelas y el estrecho del Parrizal
Y por fin, aparecen las pasarelas de madera que han sido instaladas para hacer el recorrido más sencillo y también para minimizar el daño a la fauna y flora del entorno. En el Parrizal existe una biodiversidad extraordinaria que se ve afectada por la presencia humana. Un ejemplo de ello es la casi desaparición del cangrejo de río autóctono que habita en estos parajes fluviales.

Si estamos atentos al río, podremos ver distintos tipos de peces y los clásicos "patinadores" que se encuentran en la superficie del agua, como caminando sobre ella, y que solo habitan en aguas sin contaminación.

En un punto del recorrido cruzamos el cauce por pasarelas y puentes situándonos ahora en la margen derecha del río, a la vez que nos vamos internando cada vez más en el “estrecho” propiamente dicho. Las paredes se hacen más altas y el cauce más estrecho.

Encontramos señales hacia el sendero Salobre, que es por donde regresaremos a la vuelta, pero aún no.
Continuamos hacia el estrecho donde el viento se encajona y el cauce se hace más profundo, con la presencia de algunas bellísimas pozas cerca de las pasarelas. Esta parte es, sin duda, la más bonita del todo el recorrido, por las imponentes paredes de roca que nos rodean y el cauce cristalino bajo nuestros pies.

Las pasarelas se hacen más estrechas y hay algún pequeño tramo de escaleras y algún puente. Hay que extremar la precaución en este punto al cruzarnos con otras personas que vengan de vuelta para no tener una caída inesperada. Hay un cable o pasamanos al que podemos sujetarnos en las partes más estrechas, pero realmente no hay una sensación de vértigo en ningún momento porque las pasarelas discurren muy cerca del cauce.

Un cartel nos avisa del fin de las pasarelas y del recorrido. En este punto, tendremos que volver sobre nuestros pasos, pasando de nuevo por el estrecho.
Regreso por la ruta Salobre y la senda de la Mina
Una vez que llegamos al desvío de la Ruta Salobre, dejamos la comodidad del sendero y nos internamos en el bosque por un sendero que serpentea mientras sube fuertemente al principio y se acerca a unas paredes rocosas muy altas.
Este camino discurre en altura, dejando el cauce abajo, y van apareciendo algunos miradores desde donde podemos ver el entorno del cauce alto del río Matarraña, hábitat de numerosos ejemplares de buitre leonado. Podemos ver el vuelo de estas majestuosas aves.
También encontraremos en la senda de la Mina, restos del pasado minero de la zona incluyendo instalaciones y bocas de mina. Esta versión hace la ruta mucho más variada y entretenida.
Como consejo para el viajero, es recomendable acudir a primeras horas del día que hay menos afluencia de personas, ya que en algunos puntos las pasarelas son estrechas y solo permiten el paso de una persona a la vez. No se permiten mascotas. Lleva calzado y ropa cómoda. No está permitido el baño.
También es importante tener en cuenta que el río puede llevar más o menos agua, e incluso estar seco en determinadas épocas del año. Es más bonito cuando el caudal es abundante, pero aún así merece la pena visitarlo en cualquier época del año.
Para más detalles, puedes consultar la web oficial del Parrizal de Beceite
Pueblo de Beceite y la Fuente de la Rabosa
Conjunto arquitectónico y monumental de Beceite
Beceite, considerado uno de los pueblos más bellos de Teruel, destaca especialmente por su espectacular entorno natural. Pero su casco urbano esconde un valioso patrimonio histórico y arquitectónico.

En reconocimiento a su riqueza monumental, fue declarado Bien de Interés Cultural en mayo de 2007. Te encantará perderte por sus calles y plazas y descubrir su riqueza monumental.
Es recomendable dejar el coche en el aparcamiento habilitado a las afueras del pueblo y caminar hacia la parte superior del pueblo por sus empinadas cuestas, para descubrir cada rincón.

El casco histórico de Beceite alberga joyas arquitectónicas como la Iglesia de San Bartolomé, de origen medieval, reformada en estilo barroco. Destaca, como icono del pueblo, el puente sobre el Matarraña, construido en el siglo XV, una obra de ingeniería medieval. Su lonja es un espacio emblemático con arcos apuntados que evocan su pasado. Muy recomendable visitar la ermita de Santa Ana (s. XVII), la capilla de San Roque y El Palau.
Muy cerca de Beceite, la Fuente de la Rabosa, ideal para un chapuzón de verano

Si visitas el pueblo de Beceite, no te puedes perder la Font de la Rabosa, situada en el mismo casco urbano del pueblo, un lugar de postal donde poder bañarse y tomar el sol en verano. El río Matarraña, el mismo que discurre desde el estrecho del Parrizal, forma una doble cascada de agua ideal para un chapuzón. Cubre en el centro de la poza, pero en las orillas no, con lo que se convierte en un rincón imprescindible para los días calurosos, incluso para ir con niños.
Pueblo de Valderrobres, uno de los más bonitos de Teruel
Valderrobres es la capital del Matarraña y uno de los cinco municipios de la comarca reconocidos como Conjunto Histórico-Artístico. Prepárate para sorprenderte, porque este pueblo supera cualquier expectativa. La belleza de Valderrobres es simplemente impresionante, un lugar que conquista desde el primer momento.

Incluso desde lejos, Valderrobres se muestra en todo su esplendor. Su imagen más icónica es el Puente de Piedra sobre las aguas del río Matarraña, con el centro histórico dispuesto a los pies de su imponente Castillo.

Una vez cruzas el puente y pasas por el Portal de San Roque, no hay otra opción que lanzarse a recorrerlo. Este pueblo invita a caminarlo con calma, disfrutando de su Iglesia de Santa María la Mayor, sus calles empedradas y su arquitectura tradicional.

Valderrobres no es solo un lugar para ver, sino para sentir. Cada rincón tiene un encanto único, una magia que lo hace inolvidable. Pasear por sus callejuelas empinadas es una experiencia que te transportará a otro tiempo y que te hará querer quedarte un poco más. Su gastronomía es otro de los atractivos de la comarca, con el protagonismo de los productos cárnicos, su ternasco al horno, o el típico plato de cabrito, perdiz, codorniz o conejo, además de embutidos típicos de la zona y riquísimos y variados dulces.
El Salto de la Portellada, una cascada de cuento de hadas
Cerca de Valderrobres, nos acercamos a ver una impresionante cascada que no te puedes perder. Para llegar, tomamos la carretera TE-V-3004 que se dirige al pueblo de La Portellada y a unos 6 Km. hay un desvío señalizado que se adentra en una pista forestal bastante estrecha, pero practicable con un turismo (a febrero de 2025).

Después de unos 2,5 Km. llegaremos al parking por encima de la cascada. Tendremos que caminar un par de minutos para llegar a su base donde está a la poza.
El Salt de la Portellada, es un salto de agua del río Tastavins, afluente del río Matarraña, uno de los rincones más impresionantes de la zona. Este lugar alberga una cascada de unos 20 metros de altura, cuya fuerza y belleza varían según la cantidad de agua que lleve.

Durante los periodos de sequía, es posible que el salto desaparezca, pero incluso entonces, las formas erosionadas en la parte superior del salto ofrecen un espectáculo natural digno de admirar.

Afortunadamente, encontramos el Salt con agua y la verdad que es espectacular la cascada, la poza y todo el entorno. Incluso se puede caminar por detrás de la cascada, siempre que el cauce lo permita (abstenerse en fuerte caudal). Si vas en verano, puedes darte un refrescante chapuzón.

Ruta de senderismo a la Ermita de la Magdalena de Valderrobres
Para complementar la visita al pueblo de Valderrobres, te recomendamos una sencilla ruta de senderismo para visitar la Ermita de Santa Magdalena, excavada en la roca. Se trata de una ruta fácil y corta con una distancia de 4 kilómetros y 186 m. de ascensión. Se puede realizar en poco más de una hora.

La excursión a la ermita de Valderrobres comienza en el punto kilométrico 21 de la carretera A-1414, en dirección a Fuentespalda. Desde allí, una pista señalizada lleva al inicio de la ruta, donde hay un pequeño aparcamiento.
Se sigue un sendero PR con marcas blancas y amarillas que sube por el bosque, ofreciendo vistas panorámicas. A 1 km, se encuentra un desvío hacia las ruinas de la ermita de Santa Magdalena, excavada en la roca y la antigua casa del ermitaño.

Retomando el camino principal, se asciende hasta un altiplano boscoso. Un desvío corto lleva al borde del risco, donde hay un mirador con vistas impresionantes del Matarraña.
El sendero desciende en zigzag hacia el Mas de Dominguet (no visible) y continúa por una pista secundaria marcada como PR, coincidiendo en algunos tramos con una ruta ecuestre. El recorrido termina en el aparcamiento inicial.
Peñagalera y Pozas de la Pesquera, el agua y la piedra como protagonistas
Además del Parrizal, en Beceite existe otro lugar fascinante que te recomendamos visitar. Se trata de las pozas de la Pesquera, en el río Ulldemó. Un tesoro natural que deslumbra con sus aguas turquesas, una cadena de pozas, pequeñas cascadas y paisajes de ensueño. ¡Espectacular!

La ruta clásica de las Pozas de la Pesquera puede recorrerse a pie, en bicicleta, moto o coche. Consta de 5 kilómetros (sólo ida) por una pista en buen estado que sigue el curso del río, con aproximadamente 15 zonas de aparcamiento distribuidas en los puntos más destacados. Estos aparcamientos permiten disfrutar cómodamente de las vistas más impresionantes del recorrido. Sin duda, lo más recomendable es ir a pie o en bici para disfrutar de cada rincón.

En verano, debido a la gran afluencia de visitantes, el acceso está regulado con un sistema de reservas y un límite diario de personas. El precio para entrar con vehículo motorizado es de 10 euros por coche, 4 euros por moto y gratuito para quienes opten por caminar o ir en bicicleta.
Durante el resto del año, el acceso es libre y no tiene coste. Para consultar detalles sobre fechas, aforos y reservas, visita la página web del Ayuntamiento de Beceite.
Ascensión al Peñagalera (1.036 m)
El paseo por las pozas de La Pesquera, se puede considerar una ruta familiar, para hacer incluso con niños. Pero si tu idea es algo más montañera, puedes combinar este paseo con la ascensión del Peñagalera, en un impresionante recorrido circular subiendo por la normal y bajando por el collado del Pelele, completando una distancia de 11 km y 580 m. de desnivel acumulado.

La ruta es un recorrido destacado de la comarca del Matarraña y está señalizado como PR con marcas blancas y amarillas, con la numeración PR-TE 151.
Nosotros optamos por esta versión más amplia y tenemos que decir que se trata de una ruta para montañeros experimentados y personas en buena forma física. No tiene demasiada dificultad técnica, pero el terreno no es de lo más cómodo y hay que superar más de 500 metros de desnivel, por senderos bastante estrechos y, a veces, empinados y descompuestos.
A la pregunta si se puede hacer con niños, depende mucho de su nivel. Nosotros lo hicimos con una niña de 7 años muy entrenada en terrenos de montaña y consideramos que fue una ruta no demasiado complicada para ella, muy segura y, por supuesto, a su ritmo.

La ruta nos encantó, el paisaje rocoso, las panorámicas de las montañas y el río, el vuelo de los buitres, los senderos a media ladera, los riachuelos de alta montaña y, por supuesto, las cascadas del río Uldemó. Te contamos más en detalle nuestra experiencia.

Para llegar al inicio de la ruta, desde el pueblo de Beceite tomamos con el coche una pista señalizada hacia las pozas de la Pesquera. Se trata de una pista muy estrecha sin apenas sitio para cruzarse dos coches. Una vez llegamos a la zona del río, se van sucediendo algunas explanadas o huecos al lado de la pista, que se han habilitado como parkings. No se puede estacionar en ningún otro lugar ni en los márgenes de la pista.
Para comenzar la ruta del Peñagalera buscamos el parking nº 4 porque justo aquí tendremos las balizas verticales para tomar nuestro sendero.
Desde el parking, donde hemos aparcado, bajamos al río para encontrarnos la bonita poza de Pablet, un lugar idílico para darse un chapuzón cuando terminemos la ruta. Dicen que la temperatura de las pozas en verano puede llegar a los 20 grados, lo cual es muy agradable en días calurosos. Ahora en febrero, ni apetece ni el agua está a esa agradable temperatura.
Una vez cruzamos el río por unas piedras y tablas, buscamos el sendero que enseguida comienza a subir de manera agradable y continua, con unas vistas extraordinarias del cauce y de todo el entorno. La subida no da tregua y pronto hemos alcanzado la cota de los 900 m. de altitud, ganado una especie de meseta y transitando por bonitos senderos colgados en las laderas de las impresionantes moles que conforman la sierra de Els Ports.
Transitamos entre pinares autóctonos, vemos las ruinas de una construcción, una especie de refugio de pastores, ya cerca de la cumbre, que nos espera en la lejanía, pero ya sin grandes subidas. Las vistas desde el Peñagalera son espectaculares, y los buitres nos sobrevuelan curiosos sin casi mover las alas.

Después de hacer unas fotos y disfrutar del momento cumbre, desandamos un poco para buscar la bajada por el collado del Pelele, señalizada con una baliza. Esta parte es la más incómoda de la ruta, al estar el suelo descompuesto y con bastante desnivel. No obstante, se baja bien con precaución, ya se trata de una senda con zig zags y bien señalizada.

Cruzamos algunos arroyos con escaso caudal, e incluso tenemos un pequeño tramo de cauce. Ya casi en el rio Uldemó, nos topamos con una acequia, pero no la seguimos, continuando recto al frente. En seguida llegamos al rio, que vadeamos por unas piedras, y ya estamos en la pista asfaltada. Ahora vamos recorriendo los sucesivos parkings hasta donde habíamos dejado el coche por la mañana.

Peñarroya de Tastavins, las rocas del Masmut y visita a Inhospitak
Nos dirigimos al pueblo de Peñarroya de Tastavins para hacer una ruta circular por las rocas Masmut. Se trata de un recorrido fácil que va rodeando este imponente macizo montañoso, lo mires de donde lo mires.

Su nombre podría derivar del topónimo “masmuda”, una tribu bereber procedente de Marruecos que se asentaría en este territorio en tiempos de la ocupación árabe. En el lado noroeste hay una gran colonia de buitres, y en la pared sur hay vías de escalada de más de 150 metros de recorrido.

Se trata de una ruta sencilla de unos 12 km que se puede hacer con niños, y que comienza en el pueblo, por la calle del Sol en la plaza de la Iglesia. Recomendamos llevar GPS porque hay muchos cruces de senderos y las señales pueden dar lugar a confusión.

En general, la ruta es muy variada porque combina senderos de bosques, el aspecto paisajístico ya que en todo momento vamos viendo las imponentes moles de las Masmut, y también hay que vadear el río un par de veces. Nosotros no tuvimos problema porque no llevaba mucha agua, pero se recomienda no realizar el recorrido en periodos de fuertes lluvias por el posible aumento de caudal del Arroyo de los Prados.

El propio pueblo de Peñarroya de Tastavins merece la pena recorrerlo tranquilamente y disfrutar de sus calles y plazas y del Parque aragonés de la vivienda en el medio rural, por el que se pasa en esta ruta.

Visita a Inhóspitak, sede de Dinópolis
No podíamos perdernos la visita a Inhospitak, una de las sedes de Dinópolis en el pueblo de Peñarroya de Tastavins. Y es que aquí en las cercanías del pueblo se encontraron los huesos de un dinosaurio, cuyos originales se exponen en Inhospitak.

En esta nave de Dinópolis puedes ver una maqueta a tamaño real de cómo sería este dinosaurio, del que se ha encontrado un 40% de su esqueleto. Se trataba de una hembra adulta bastante mayor a la que se bautizó con el nombre de “Tastavinsaurus sanzi” en homenaje al lugar donde fue encontrada y a su descubridor José Luis Sanz.

Básicamente la exposición está dedicada a este descubrimiento. Hay un mapa de la zona del descubrimiento e incluso una maqueta de la excavación y todo tipo de datos curiosos sobre este importante hallazgo. Por ejemplo, es curioso que los restos de este dinosaurio fueron encontrados junto con restos de fósiles marinos y se piensa que fue arrastrada por algún río hasta la cuenca marina que existía en este lugar. ¿No es curioso?

Hay que decir que la visita a Inhóspitak está guiada y dirigida a los niños, ya que las explicaciones son sencillas y divertidas. Hay una zona exterior con maquetas y actividades para los más pequeños. Y una proyección en la sala de cine.
Al salir, puedes echar un vistazo a la tienda de recuerdos.
Nos queda pendiente la visita a Dinópolis Teruel, la exposición paleontológica más grande de Europa.
Otros imprescindibles en la comarca del Matarraña
- Experiencia con buitres en Mas de Buñol. Observa cómo José Ramón alimenta a los buitres y aprende sobre estas extraordinarios aves.
- Embalse de Pena, cerca de Beceite con playas naturales y posibilidad de deportes acuáticos.
- Cretas y su conjunto histórico artístico.
- Despoblado de San Antonio, un yacimiento arqueológico en buen estado de conservación que data de los siglos V y VI a.C. Su ubicación privilegiada en el cerro de San Cristóbal nos permite disfrutar de unas maravillosas vistas panorámicas de Calaceite y buena parte de la comarca. También precioso el pueblo de Calaceite y su centro histórico monumental



Gastronomía y productos típicos en Valderrobres y Beceite
La gastronomía del Matarraña ofrece una excelente selección de platos y restaurantes donde se puede saborear lo mejor de la región.

Los productos locales del campo juegan un papel fundamental en las cocinas del Matarraña, destacando ingredientes como el aceite de oliva, las hortalizas, las almendras, el vino, la miel y el melocotón. La carne de cerdo y conejo también tiene un lugar destacado en la dieta. En cuanto a los postres, los dulces tradicionales destacan por su sabor genuino y su elaboración a partir de los productos autóctonos de la zona.
Concretamente, la gastronomía de Valderrobres se distingue por sus exquisitos productos cárnicos. El ternasco al horno es uno de los platos más representativos de la zona, acompañado de delicias como el cabrito, los escabechados de perdiz, la codorniz y el conejo, todos productos muy valorados localmente. Además, se elaboran embutidos típicos de la región aragonesa, como la longaniza, las morcillas y el chorizo.

La zona también se beneficia de la Denominación de Origen Aceite del Bajo Aragón, que garantiza una excelente calidad en el aceite de oliva producido localmente.
En cuanto a los sabores dulces, destacan las panaderías y pastelerías locales, que ofrecen productos tradicionales como los Carquiñols, las Casquetas o Crespells, los almendarados y el Pan durmiendo, una especialidad propia de la Semana Santa.
