La Palma, La isla bonita
Índice de temas
- DÍA 1.- Un paseo por Santa Cruz de La Palma, descubriendo la capital
- Día 2.- De Los Tilos a los Nacientes de Marcos y Cordero
- Día 3.- Del mirador de Los Brecitos por el Barranco de las Angustias y la Cascada de Colores
- Día 4.- La selva nublada de Cubo de La Galga y observación nocturna
- Día 5.- El este y el norte: playas, piscinas naturales y dragos
- Día 6.- Ruta de los Volcanes: desde Cumbre Vieja al Faro de Fuencaliente
- Día 7.- Ruta por mar
- Día 8.- Pico Bejenado, un balcón dentro de la caldera
- Día 9.- Norte, Barrancos de La Zarza y de la Magdalena
- Día 10.- Cuevas de Belmaco, Montaña y Playa del Azufre
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DÍA 1.- Un paseo por Santa Cruz de La Palma, descubriendo la capital
Para llegar a La Palma hemos cogido un vuelo desde el aeropuerto norte de Tenerife que en poco más de media hora hace el breve trayecto, en el que tenemos la suerte de ver el Teide despejado con un mar de nubes adornando sus laderas. ¡Oh! No nos dimos cuenta y hemos cogido el lado equivocado del avión. Los que han elegido la parte izquierda tienen la ventanilla correcta para fotografiarlo sin piedad. Así que le pedimos a una pareja que iba de ese lado que cogieran nuestra cámara y lo fotografiaran por nosotros. ¡Tenemos el Teide en la cámara y en la retina!
En el mismo aeropuerto, y después de recoger las maletas, nos encontramos con la persona de Viajes Oasis que nos tiene preparado el coche de alquiler para los días que estamos en la isla. Los alquileres en general salen bastante económicos, pudiendo salir unos 100 euros para una semana (año 2016).
Recorremos en coche el trayecto que nos separa de Los Cancajos, que es donde tenemos el alojamiento, un complejo de varios apartamentos situado al principio del pueblo: Oasis San Antonio. Al entrar en nuestro apartamento salimos al balcón y ¡sorpresa! Las vistas al Teide y a La Gomera son espléndidas desde allí. Seguro que tenemos la oportunidad de verlos muchas veces a lo largo de nuestra estancia. Además, el complejo tiene una gran piscina que invita a relajarse desde el minuto cero. Pero hay mucho que ver y estamos deseando descubrir la isla.
Después de instalarnos y comer un poco, decidimos ir a visitar Santa Cruz de La Palma, a poco más de 15 minutos. Dejamos el coche en un parking situado en la Plaza de la Constitución donde tenemos una Oficina de Información Turística. Ahí puedes pedir un plano de la ciudad, aunque lo que de verdad te recomendamos es perderte por sus calles, ya que Santa Cruz se puede visitar un poco sin orden, dejándote llevar.
Desde la Oficina de Turismo nos metemos directamente por las calles peatonales del centro con sus preciosas construcciones de arquitectura popular canaria que nos trasladan a otro continente e incluso a otro tiempo. Abundan las tiendecitas de artesanía con piedras volcánicas. A la gente de Santa Cruz le gusta mucho adornar las casas y las calles con todo tipo de plantas, lo cual es un regalo para la vista. Nos encantó la plaza de España donde está el Ayuntamiento y la iglesia del Salvador. Esta amplia plaza nos pareció uno de los lugares más acogedores de Santa Cruz. Allí había chiquillos jugando al balón, corrillos de personas charlando y se respiraba un ambiente especial.
Después de perdernos por sus calles y hacer muchas fotos, regresamos por la Avenida Marítima, donde nos esperaban los famosos balcones colgantes llenos de plantas y flores. Una verdadera joya. Que podamos disfrutar hoy de estos balcones es casi un milagro, porque Felipe II prohibió construirlos en todas las islas y se dice que la comunicación nunca llegó a La Palma debido a que el velero que la transportaba se hundió en el océano. No sabemos si es verdad o no, pero lo importante es que siguen allí.
Día 2.- De Los Tilos a los Nacientes de Marcos y Cordero
Es nuestro segundo día y estamos deseando conocer los bosques de laurisilva que hay en la isla, así que elegimos una de las rutas más recomendadas. Desde Los Tilos hasta los Nacientes de Marcos y Cordero.
La gente suele hacer esta ruta sirviéndose de un servicio de taxi, de forma que el taxi les lleva a la parte más alta, en la Casa del Monte y ellos descienden a pie hacia la parte baja (Los Tilos), donde previamente han dejado el coche aparcado. Pero nosotros hemos visto que es posible realizar la ruta circular, usando un sendero de bajada que no suelen recomendar en ningún sitio, pero nos hemos informado bien y nos arriesgamos a averiguar si realmente es tan malo como lo pintan. ¡Nos gustan los retos!
Así que comenzamos dejando el coche aparcado en Los Tilos, donde había un par de taxistas captando clientes. Uno de ellos se interesó por saber qué íbamos a hacer, y bueno, no le dijimos exactamente la bajada que queríamos hacer pero aún así, según él, la ruta era muy difícil y muy larga, de unas 8 horas. ¡Tenemos todo el día! Le contestamos. Anda que si llega a saber nuestros verdaderos planes, no sé cuántas horas hubiera estimado el buen hombre.
Y nos internamos en una senda que discurre por el Barranco del Agua, un bosque de ensueño de intenso un verdor. Esta ruta es una de las imprescindibles de La Palma ya que se trata del ejemplo más representativo de bosque de laurisilva en Canarias. Helechos, tilos y muchos endemismos exclusivos de La Palma conviven en este ambiente húmedo y fresco.
A medida que vamos caminando nos damos cuenta de que los helechos son gigantescos, y no nos resistimos a fotografiarnos con ellos. Hay muchos tipos de florecillas pequeñas que también se merecen una foto. Unos pajarillos se acercan mucho, mostrando curiosidad por nosotros. Son pinzones. También vemos lagartos que se esconden a nuestro paso.
Nos desviamos hacia el Mirador del Espigón Atravesado, desde donde podemos ver que nos encontramos en medio de un profundo barranco muy abrupto.
La siguiente parada es el Mirador de los Espejos, y los Nacimientos de Marcos y Cordero, unos abundantes afloramientos de agua que surgen del mayor acuífero de la isla. Empieza ahora una parte muy interesante, unos túneles de diferentes longitudes por los que pasa el sendero y para los que necesitamos llevar dos cosas: una linterna o frontal, y un chubasquero. El agua de los manantiales atraviesa las paredes y el techo de algunos túneles y cae abundante al camino. Algunos de los túneles tienen balcones hacia el barranco, es muy emocionante asomarse pero ¡cuidado porque está muy expuesto y nos podemos resbalar!
Una vez que terminamos todos los túneles, en poco tiempo llegamos a la Casa del Monte donde descansamos un poco antes de emprender el sendero de vuelta, ese que nos han dicho que era muy difícil y peligroso. De hecho hay una advertencia de peligro allí mismo, lo cual nos indica el camino y nos anima a descubrirlo. Hay que decir que el sendero no está prohibido, así que si estáis preparados para realizarlo y queréis asumir los riesgos, no dejéis que ningún taxista os diga que no se puede.
Resulta ser bastante empinado pero siempre hay algún árbol al que agarrarse. No es apto para todos los públicos, eso sí. Si tienes vértigo, no lo hagas. Y conviene llevar bastones de senderismo para frenar la bajada pronunciada. Aunque en algún momento tendremos que guardarlos ya que hay que destrepar con ayuda de una cuerda fija que han instalado.
En un momento dado, andamos sobre un canal bastante cómodo que mantiene altura, pero no hay que seguir por ahí ya que se convierte en un camino muy peligroso colgado de la montaña. Buscamos el sendero de bajada con cuidado de no equivocarnos. No recomendamos hacer esta ruta sin un GPS que nos sirva para orientarnos.
El sendero nos conduce, más o menos, al punto de inicio, aunque tuvimos que bajar a un oculto barranco donde dormía una excavadora que tenía pinta de llevar allí muchos años, y subir por unas escaleras de mano aseguradas al sendero ¡muy emocionante todo!
Cuando íbamos llegando, y dado que por la mañana no habíamos dicho al taxista toda la verdad de la ruta que íbamos a hacer, planificamos, entre risas, qué íbamos a decirle de nuevo. Si decirle la verdad de la interesante bajada que habíamos hecho, o dejarle creer que habíamos hecho lo que le contamos. Lo dejaríamos a la improvisación... Aunque ya no estaba cuando llegamos al coche, así que se quedó sin saber nuestra aventura.
Esta ruta coincide con la ruta 12 del libro Guía Excursionista de La Palma, de Klaus y Annette Wolfsperger, de la editorial Rother.
Día 3.- Del mirador de Los Brecitos por el Barranco de las Angustias y la Cascada de Colores
Después del paraíso de laurisilva de Los Tilos hoy cambiamos de paisaje y vamos a hacer otra caminata imprescindible: el barranco de las Angustias por un sendero que da acceso a la Caldera de Taburiente. Visitaremos la famosa Cascada de Colores de aguas ferruginosas y nos bañaremos en alguna otra cascada.
Desde Los Cancajos nos dirigimos por carretera a Los Llanos de Aridane desde donde cogemos una pista asfaltada hacia el aparcamiento del cauce del Barranco de las Angustias. Nuestra intención es dejar un coche allí mismo, donde tenemos previsto finalizar la ruta, y dirigirnos con el otro coche al Mirador de los Brecitos, punto de inicio donde comenzaremos la ruta. De nuevo topamos con los intereses de los taxistas de la isla, que se encuentran captando clientes para subirlos en taxi hasta Los Brecitos.
En nuestra opinión, el servicio de taxi es muy útil en la isla porque al ser tan abrupta hay que hacer uso del mismo para algunas caminatas. Pero también hay que decir dos cosas en contra.
La primera es que el precio del trayecto es el mismo para ocho pasajeros que para un pasajero, con lo cual tienes que depender de que haya más clientes para poder hacer el trayecto por un precio razonable. A fecha de 2016 desde el aparcamiento del barranco de las Angustias hasta el mirador de Los Brecitos la tarifa es de 51 euros, independientemente del número de pasajeros.
La otra contrariedad que le vemos al servicio de taxi es que parece que es obligatorio utilizarlo. Nosotros íbamos cuatro personas en dos coches, y eso nos facilitó hacer los trasbordos en muchas caminatas sin usar el taxi. Pero nos sentimos presionados, observados y amenazados de posible multa. Y es precisamente esto lo que nos pasó en esta ruta. Al llegar al aparcamiento del barranco de las Angustias, una persona de la empresa del taxi nos paró y nos pidió explicaciones de cuáles eran nuestros planes. Y afirmó qué íbamos a necesitar el taxi porque era la única forma de subir a Los Brecitos. ¡Un poco embarazoso tener que dar explicaciones!
Nosotros ya estábamos informados y sabíamos que está prohibido aparcar en el propio Parking del Mirador de Los Brecitos, cosa que no íbamos a hacer. Al final, subimos el coche y lo dejamos en un amplio margen fuera de la carretera poco antes de llegar al mirador.
Felizmente llegamos al Mirador de los Brecitos desde donde tenemos una amplia panorámica de los picos tan altos que conforman la Caldera. Allí comienza un sendero entre pinares que va atravesando varios barrancos espectaculares: el barranco del Ciempiés, el de las Cañeras, el de las Piedras Redondas, todo ello en continuado descenso. Pronto veremos despejado el Pico Bejenado, muy característico. Llegamos al Mirador del Lomo de Tagasaste. Desde allí vemos el Roque Idafe, declarado Monumento Natural. Un poco más adelante, en el Barranco de Risco Liso, podemos desviarnos a ver unos petroglifos. La curiosidad nos puede y cogemos el desvío que en un cuarto de hora nos lleva a unas cascadas y a los petroglifos, protegidos por una verja.
En La Palma hay más de doscientas estaciones de petroglifos, que consisten en grabados en la roca realizados con objetos punzantes, que hicieron los benahoritas, los primeros pobladores de la isla, que llegaron del noroeste de África. Aún no se sabe qué función tenían ni qué significan, aunque hay cantidad de teorías sobre ello. Estos concretamente conforman el Yacimiento Arqueológico Llano de los Alcaravanes, cuyo significado parece relacionado con ritos de fertilidad.
Seguimos camino hasta llegar a la llamada Playa de Taburiente, una amplia zona de rambla ya en el cauce del río, con algunas pozas donde podemos refrescarnos. Muy cerca de la playa se encuentra la Zona de Acampada y el Centro de Servicios de Taburiente. Allí hay una pequeña exposición del Parque Nacional y una maqueta de la Caldera.
Continuamos bajando y decidimos hacer un desvío para ver la Cascada de Colores, ascendiendo por el arroyo de aguas ferruginosas que aporta el color naranja al cauce y a la propia cascada. El arroyo se va estrechando hasta que llegamos a la cascada, que no es más que un dique artificial construido en los años sesenta, pero que dado el color naranja fuerte que le aporta el agua y los verdes del musgo y la vegetación, hacen de este punto un lugar muy fotografiado. Después nos enteramos que un poco más arriba por el barranco está la auténtica cascada de colores, natural y salvaje, a la que es más difícil ascender.
Existen otras cascadas por la zona. Paramos para comer en una de ellas, justo donde se unen las aguas ferruginosas con las aguas transparentes del arroyo de Almendro Amargo. Aprovechamos para darnos un baño, antes de continuar la ruta, ya que el calor aprieta.
Después continuamos por la senda habilitada para llegar al aparcamiento del Barranco de las Angustias, donde por la mañana habíamos dejado uno de los coches. Esta senda aprovecha a ratos el cauce del barranco para descender.
Una vez que llegamos al coche, ya hemos terminado la ruta, pero aún nos queda recoger el segundo coche que dejamos por la mañana cerca de Los Brecitos. Sin duda, una jornada inolvidable por uno de los tesoros de la isla.
Día 4.- La selva nublada de Cubo de La Galga y observación nocturna
Por la mañana nos desplazamos a la zona este de la isla para conocer un lugar muy representativo de la lausilva de Canarias, el Cubo de la Galga, un impresionante sendero que nos adentra en la selva nublada, donde crecen helechos gigantes, grandes masas de tilos y todo tipo de vegetación que requiere una alta humedad para sobrevivir.
Es aquí y en toda la zona este y norte de la isla donde se da el fenómeno de la lluvia horizontal. Las brumas generadas por los vientos alisios descargan grandes cantidades de humedad al contacto con la vegetación, llegando incluso a alimentar los acuíferos de la isla.
Este paseo comienza cerca de la población de La Galga en la carretera LP1 hacia Barlovento. Hay un Punto de Información Ambiental justo donde comienza el sendero, que comienza siendo asfaltado, pero al poco se convierte en carril y después en senda, discurriendo en muchas ocasiones por el arroyo. Es un paseo sencillo siempre en sombra rodeado de vegetación muy densa y se encuentra perfectamente señalizado.
Desde los grandes árboles hasta las más pequeñas de las flores llaman la atención de nuestras cámaras, y el paseo se hace lento porque queremos captar cada detalle. El camino nos lleva hasta el Mirador de la Somada Alta con impresionantes vistas. En apenas cuatro horas estamos de vuelta en el coche.
Decidimos descansar un poco por la tarde, ya que por la noche tenemos una cita con AdAstra La Palma para hacer una observación nocturna del cielo.
Si vas a La Palma, no olvides mirar al cielo por la noche, porque tiene uno de los cielos nocturnos más espectaculares de España. El lugar en el que se encuentra es privilegiado, pero es que además cuenta con una legislación protectora del cielo nocturno, con una iluminación de las zonas pobladas adecuada, y prohibición de los vuelos de noche. De hecho en toda la isla hay 14 miradores astronómicos.
A uno de ellos nos desplazamos, al Mirador del Llano del Jable, a unos 1.400 metros de altitud. Queremos llegar antes del atardecer porque nos han recomendado ver la puesta de sol. El lugar nos sorprende aún de día. Desde allí se puede ver gran parte de la isla, desde Cumbre Nueva, Roque de los Muchachos, la Caldera de Taburiente, el barranco de las Angustias, Pico Bejenado y las poblaciones de El Paso y Los Llanos de Aridane. El atardecer es estremecedor.
Antes de que se haga de noche llega Elena Nordio, que es la persona de AdAstra La Palma que nos enseñará el cielo de La Palma hoy. Después de presentarnos, monta su telescopio y nos hace una breve introducción del lugar y de la protección del cielo.
Hay un poco de luna y aprovechamos para verla de cerca con el telescopio, además de observar también los planetas Marte, Júpiter y Saturno, llegando a distinguir los anillos de Saturno y los satélites de Júpiter. Reconocimos algunas constelaciones y observamos objetos de cielo profundo, como la nebulosa de la Lira y algunos cúmulos.
Después de muchas explicaciones y preguntas, Elena nos hizo unas fotos de recuerdo con el cielo de telón de fondo, como recuerdo de la noche tan impresionante que habíamos tenido. Tuvimos una noche tan espectacular que después de la observación oficial nos quedamos aún un rato mirando con nuestros modestos prismáticos.
Día 5.- El este y el norte: playas, piscinas naturales y dragos
Dado que llevamos cuatro días intensos pateando la isla, hoy decidimos hacer una ruta en coche sin muchas pretensiones de caminar, aunque luego nos llevaremos algunas sorpresas ¡afortunadamente!
Aún no hemos visitado la parte norte de la isla, así que cogemos la carretera que rodea la isla por la costa y nos dirigimos hacia el este. La primera parada es para ver la Playa de Nogales en el municipio de Puntallana. Para nosotros, una de las playas más bonitas que pudimos ver en La Palma. Es muy amplia, de arena negra volcánica y delimitada por grandes acantilados. El acceso es fácil aunque no muy rápido. Desde la carretera principal, tenemos que coger una pista asfaltada que desciende bastante con curvas muy cerradas hasta llegar a un amplio aparcamiento. Pero desde allí, aún no puedes ver la playa. Comienza un sendero protegido por una barandilla que baja a la playa en unos 20 minutos. Las vistas desde el sendero hacia la playa son espectaculares. Era temprano y la playa estaba casi desierta. Es una playa que invita a pasear por su orilla y disfrutar de su entorno natural. Cuidado con las mareas, suelen ser muy fuertes. En la bajada a pie se pasa por una cueva de agua marina, la Cueva del Infierno. ¡No te la pierdas!
Segunda parada con baño: Charco Azul. Entre San Andrés y el puerto pesquero de Puerto Espíndola se encuentran estas piscinas naturales que bien merecen una visita. A pesar de ser un lugar muy turístico, con un paseo peatonal, casetas de playa y chiringuitos, recomendamos acercarse y darse un baño. Nosotros llegamos temprano y había poca gente. Las piscinas son naturales de agua salada y el agua se renueva con las mareas. Bañarse en ellas es toda una experiencia. Del frío del agua del mar podemos pasar al tacto caliente de las piedras volcánicas que rodean las piscinas. Una sensación que más que contarla hay que vivirla.
Seguimos carretera en coche bordeando la isla a través de la carretera con bastantes curvas hasta llegar a Tricias, una población al noroeste de la isla donde existen arboretos bastante amplios de dragos, y unas cuevas con petroglifos. Para verlos tenemos que hacer una ruta de senderismo bastante corta (6 km.), aunque se nos hace larga por el calor que hacía en esta parte de la isla.
La caminata coincide con la ruta 27 de la Guía Rother de La Palma. De Las Tricias a Buracas. Es una ruta agradable, si no hace mucho calor siempre con vistas al mar y pasando por bosquecillos de dragos enormes.
Una curiosidad: a lo largo del camino había muchos puestecitos con semillas y plantas de drago, o artículos de artesanía, pero estaban desiertos. No había nadie allí. Si te gustaba algo lo cogías y depositabas el precio en una pequeña hucha para tal efecto.
También son visitables las Cuevas de Buracas con presencia de petroglifos. Y pasamos por un antiguo molino de gofio, un alimento de origen bereber que consumían los aborígenes canarios como parte fundamental de su dieta. En el molino hay un Centro de Interpretación del Gofio.
Después de la ruta, continuamos la carretera que rodea la isla, ya por la parte oeste, y nos paramos en el Mirador del Barranco de Garome. También intentamos bajar a la Playa de La Veta, pero nos dimos cuenta de que el carril que bajaba se convertía en un desafiante descenso en coche con firme en mal estado, así que dimos la vuelta antes de llegar.
Día 6.- Ruta de los Volcanes: desde Cumbre Vieja al Faro de Fuencaliente
Día espectacular que nos llevó a conocer una de las rutas más paisajísticas de la isla bonita: la Ruta de los Volcanes. Nos organizamos dejando un coche en Los Canarios y con el otro nos dirigimos al inicio de la ruta en el Mirador del Pilar. Nuestro objetivo es recorrer toda la línea de volcanes de Cumbre Vieja hasta Los Canarios, y si se puede, hasta el mismo Faro de Fuencaliente. Una caminata exigente para ver las huellas más recientes del pasado volcánico de La Palma.
Tenemos la suerte de que el día es muy despejado y no tenemos mucho viento y eso es importante porque iremos casi todo el tiempo por zonas de cumbre. Sin nubes, las vistas de las costas occidental y oriental serán espectaculares. Y sin viento, podremos disfrutar del día cómodamente.
La ruta es muy larga, así que salimos temprano desde el Mirador del Pilar. Allí hay un área recreativa con columpios, y estuvimos jugando un poco, ¡con los kilómetros que quedan por delante!
Para quien tenga tiempo, allí mismo en el área recreativa hay un Centro de Visitantes con una exposición sobre Cumbre Vieja. Nosotros salimos tan temprano que aún no había abierto.
Desde allí mismo, cogemos el sendero que, en gran parte del camino, va a coincidir con el GR 131 que llega hasta el sur puro de la isla, el Faro de Fuencaliente. No iremos todo el tiempo por el GR ya que nos desviaremos para visitar varios conos volcánicos y cráteres muy interesantes.
A medida que vamos ascendiendo por un pinar, el paraje empieza a sorprendernos de verdad. El suelo negro y pedregoso contrasta con los pinos verdes y con el amarillo, morado y más colores de las flores de primavera. No sabemos qué aspecto presentará el paraje en otras épocas, pero será muy difícil superar esto.
Llegamos al cráter del primer volcán del día, el Pico Birigoyo, que tiene un vértice geodésico. Una vez allí intuimos que a nuestras espaldas el panorama debe ser bonito, y ¡sorpresa! Al mirar atrás, ya estamos lo suficientemente alto como para ver todo el borde de la caldera de Taburiente, el extenso Valle de Aridane y, en primer plano, el Pico Bejenado imponente. A los lados, la costa occidental y la oriental, con el inmenso azul del mar, y la visión de Tenerife y La Gomera como flotando sobre un mar de nubes. ¡Guauuuu! Pocos lugares ofrecen una visión tan espectacular como esta. Solo llevamos una pequeña parte de la ruta y ya ha superado todas nuestras expectativas.
Después de hacer muchas fotos y panorámicas, seguimos el camino y nos dirigimos al Cráter del Hoyo Negro, muy profundo y descompuesto. Realmente un sitio muy impactante y también se llevo bastantes fotos.
Desde el borde del cráter, vemos un pico que cae en vertical hacia el este, que nos llama. Es el Pico Nambroque (1.924 m.), y como vamos a buen ritmo nos proponemos subirlo también.
Seguimos camino y vamos pasando por varios volcanes, como el Volcán de San Juan, el Duraznero. Hay coladas de lava muy recientes que impresionan mucho. Caminando por allí puedes llegar a imaginar cómo debió ser aquello durante las erupciones volcánicas. En concreto la última erupción en Cumbre Vieja ocurrió en el año 1949 sobre el mes de junio y sobre ella quedó este poema en la memoria popular:
Recabado de la memoria de Dña. Carmen López Ramírez (Armeñime-Adeje):
"Día junio veinticuatro del año cuarenta y nueve
arriba donde cae nieve me fui a poner un zapato
y fue tanta la roñez y la ira de mi alma
que por poquito La Palma
queda virada al revés"
Nos disponemos ahora a subir a la parte más elevada de la ruta, el Volcán La Deseada (1.944 m.) el ascenso es sencillo y muy alomado. Desde allí ya podemos ver las tres islas más cercanas: Tenerife, La Gomera y El Hierro.
Ya predomina la bajada por sendas muy arenosas, aunque todavía vamos a ascender al Volcán Martín, de aspecto rojizo, antes de empezar el descenso continuado hasta los Canarios. Allí se quedan dos de nuestros compañeros, mientras que nosotros seguimos la ruta pasando por el Volcán San Antonio y el Volcán Teneguía, al que también ascendemos para llega a la parte más alta. Este último, de 439 m. de altura y muy cerca ya del mar, entró en erupción en 1971, destruyendo algunas playas y viñedos. Se puede oler aún el azufre en el ambiente y la lava es muy reciente. En su momento se organizaron vuelos charter solo para ver el volcán en erupción.
Después de esta caminata por el pasado volcánico más reciente de La Palma llegamos por fin al Faro de Fuencaliente, donde hay unas salinas que se pueden visitar.
Día 7.- Ruta por mar
¡Hoy nos espera un día emocionante! Hemos hablado con José Ramón, el capitán del Fancy II, un catamarán con el que podemos ver una perspectiva muy diferente de lo que hemos visto hasta ahora en La Palma: la vida marina.
Nos dirigimos al puerto de Tazacorte desde donde comenzará nuestra aventura marítima. Nos integramos en un grupo que saldrá al mediodía a bordo del Fancy II. El catamarán es muy cómodo, con posibilidad de estar a la sombra o en la parte superior para verlo todo. También tiene en la parte inferior unas ventanas de visión submarina. Y con toda la seguridad, chalecos, zodiac. Para los miedosos.
Nada más entrar lo que más nos llama la atención es la amabilidad y energía de la tripulación, que nos explican en qué va a consistir la excursión y nos ofrecen un aperitivo. Y todo ello, ¡en varios idiomas!
Salimos del puerto y nos dirigimos hacia el oeste, divisando la salida del barranco de las Angustias y los acantilados del Time. La primera parada es la llamada Cueva Bonita, a la que solo se puede llegar por mar porque se encuentra muy inaccesible. He sido calificada por geólogos y oceanógrafos como única. Y también cuenta la tradición oral que salvó a muchos pescadores de las incursiones de los piratas. Los pescadores se refugiaban en ella, y huían por la segunda salida de la cueva, que los piratas desconocían.
Aunque parecía imposible a simple vista, gracias a la pericia de José Ramón, pudimos entrar con el Fancy II en el interior de la cueva.
Continuamos la navegación e inmediatamente después nos llaman la atención unas casas casi colgadas del acantilado, con puertas, ventanas y hasta cortinas. ¡Como un pequeño pueblo en el acantilado! Se trata de Porís Candelaria. Su origen se remonta a hace unos 40 años cuando la gente de Tijarafe buscaban refugio en este enclave en los días de más calor. Con el tiempo, algunos terminaron construyendo pequeñas casas para pasar el fin de semana o unos días. ¡Realmente sorprendente! A Porís Candelaria se puede llegar a pie desde Tijarafe, por un sendero circular de unos 10 kilómetros con mucho desnivel.
Siguiente parada, Playa de la Veta, una calita con mucho encanto, también con la presencia de algunas casas. Al llegar a la altura de Puntagorda, el Fancy II emprende el regreso hacia el este con la intención de observar fauna marina. Para ello, el capitán nos pide a todos que agudicemos los sentidos, sobre todo la vista para observar cualquier cambio en la superficie del mar que pueda darnos pistas de donde encontrar cetáceos.
Comienza la búsqueda, con prismáticos o a simple vista. Lo primero que podemos ver es una tortuga boba un poco tímida que se esconde ante la proximidad del barco. Un brillo a lo lejos, nos acercamos, ¡otra tortuga! Esta vez, una conocida del capitán, ya que le han rescatado en alguna ocasión por heridas. Le falta una pata delantera, pero eso sí, nos regala un tiempo precioso en el que nos da tiempo a hacerle muchas fotos.
Después de un buen rato de navegación, el capitán sigue la pista de algo, una ballena, concretamente un zifio de gervais, una especie muy esquiva y que tenemos la suerte de ver hoy.
La búsqueda de cetáceos es una actividad que requiere mucha paciencia, y también hay que tener en cuenta de antemano que puede que no veamos gran cosa, ya que nos movemos en un medio que no es el nuestro, y son animales salvajes que no buscan especialmente la compañía humana, ¡excepto los delfines! De repente, los vemos saltar a lo lejos, dirigiéndose hacia nosotros, saltando y haciendo monerías con sus colas. Me pongo en la proa y miro hacia abajo, y ahí están desafiando la velocidad del barco sin ningún esfuerzo ¡que poderío! ¡qué dominio del medio! ¡Qué animales tan increibles y sociables!
Después de maravillarnos con la magia de los delfines, ya dirigiéndonos hacia el puerto, vemos una ballena, un rorcual común, la última sorpresa del día.
No nos hemos dado cuenta del paso del tiempo, signo de que nos hemos divertido al máximo. Han pasado casi cuatro horas desde que salimos. El capitán aún nos propone si queremos bañarnos en una playa cercana al puerto, pero nadie se anima a mojarse. Hay que decir que a la tripulación del Fancy II le encanta su trabajo y eso se nota, se vuelcan al máximo con la gente, lo dan todo para que todos lo pasemos bien. Y realmente, lo consiguen. ¡Una experiencia para repetir!
Web Fancy II
Día 8.- Pico Bejenado, un balcón dentro de la caldera
Hoy queremos subir al Pico Bejenado, uno de los mejores miradores de la Caldera de Taburiente. Ascenderemos por senderos de pinares, veremos tubos volcánicos y visitaremos restos arqueológicos.
Para empezar la ruta, nos dirigimos en coche al Centro de Visitantes del PN Caldera de Taburiente, y cogemos una pista asfaltada que más adelante se convierte en carril. Dejamos el coche en la pista de Valencia en una explanada aparcamiento. Allí comenzamos a andar por un sendero entre pinos.
Pronto empezamos a ver unas aberturas en la roca, los llamados tubos volcánicos. Estos tubos tienen su origen en corrientes de lavas muy fluidas. Al enfriarse la parte superior se forma una estructura abovedada por cuyo interior sigue fluyendo la lava hasta que finaliza la erupción, quedando el hueco. Cerca de aquí, en el barranco de los Cardos, existe uno cuya longitud puede llegar al kilómetro según los espeleólogos.
Seguimos por la pista hasta llegar al paraje conocido como Lomo Gordo donde hay importantes yacimientos arqueológicos con petroglifos. Están protegidos por un vallado, pero se pueden ver desde el exterior. Un poco más arriba, en Lomo Estrecho, hay otra estación con petroglifos.
Continuamos subiendo, ya con mayor desnivel, por un camino que zigzaguea para salvar los metros que quedan de ascensión. Llegamos a la cresta divisoria de El Rodeo, que cae en una pendiente imposible hacia la Caldera. Las vistas, aunque parciales, merecen una parada y unas cuantas fotos.
Ya solo nos queda la última parte de la subida, más empinada pero fácil. Una vez en la cumbre, podemos ver todo el interior de la caldera, con su mar de nubes atrapado en el interior. Hacia el sur, las cumbres de Cumbre Nueva y Cumbre Vieja, con el pico Birigoyo en primer plano. Allí ya hemos estado.
Tras las fotos, comenzamos a bajar, esta vez por otro camino hacia la pista Ferrer, haciendo la ruta circular. Llegamos al coche sobre la hora del almuerzo, así que como es temprano, decidimos entrar al Centro de Visitantes de la Caldera de Taburiente, muy recomendable.
Día 9.- Norte, Barrancos de La Zarza y de la Magdalena
Hoy vamos a sumergirnos de nuevo en un paraíso de laurisilva al norte de la isla, caminando por los barrancos de la Zarza y de la Magdalena, en una de las rutas más espectaculares y verdes de La Palma.
Para comenzar nos desplazamos al Parque Cultural de La Zarza, cerca de la aldea de San Antonio del Monte. Allí podemos dejar el coche en el aparcamiento porque es el punto donde comienza la ruta.
Vamos a descender desde los 1.000 metros por barrancos de ensueño, por sendas bien señalizadas y en buenas condiciones. Hay que tener en cuenta que en algunos momentos caminaremos por un cauce, así que esta ruta se debería evitar en días de lluvia.
Nada más comenzar vamos a pasar junto a unas cuevas y una zona de petroglifos que están indicados con paneles explicativos. Pronto estamos caminando por el Barranco de la Zarza, árboles cubiertos con un manto verde y mullido, helechos y vegetación húmeda. La luz apenas penetra en el fondo del cauce, sumergiéndonos en un ambiente fresco. Parece que no puede existir un lugar más extraordinario en el mundo.
Pero entonces llegamos al "Caboco La Catedral" un sitio realmente mágico, con paredes húmedas que se alzan hacia el cielo, desde donde bajan la hiedra y los sutiles rayos de luz que alcanzan a colarse hacia el suelo. Muy verde, muy silencioso, un ambiente que incita a la meditación. Se tiene la sensación de estar en un sitio cerrado pero increíblemente amplio, como una catedral. Un lugar para parar un rato y respirar aire puro en contacto pleno con la naturaleza.
Continuamos el sendero y nos encontramos con la Fuente de la Caldera de Agua en medio de la espesura, y más adelante un nacimiento de agua dentro de una cueva (La Charca). Ahora caminamos por el Barranco de la Magdalena y llegamos a la Fuente La Vica donde tomamos un tentempié antes de continuar. Allí hay un pequeño banco de piedra y también es un lugar muy agradable.
A partir de aquí, la vegetación se transforma, salimos de la laurisilva y caminamos por senderos de vegetación aromática más seca, y con vistas al mar en algunos momentos conforme vamos descendiendo a la aldea de Don Pedro, donde tenemos la presencia de algunos dragos.
Ahora solo nos queda subir hacia el punto de partida por otro sendero. Otra fuente, la del Dornajo y impresionantes vistas a los telescopios del Roque de los Muchachos.
La caminata de hoy coincide con la ruta nº 23 de la Guía Rother de La Palma.
Día 10.- Cuevas de Belmaco, Montaña y Playa del Azufre
Hoy visitaremos las Cuevas de Belmaco en el municipio de Mazo, declaradas Monumento Histórico Artístico. También haremos una caminata por la Montaña del Azufre, con una bajada espectacular a la playa del mismo nombre.
Durante todo el tiempo que hemos estado en la isla, hemos pasado por distintos yacimientos con petroglifos repartidos por lugares muy dispares. Pues bien, en el siglo XVIII se hallaron en Belmaco los primeros petroglifos descubiertos de las Islas Canarias, y eso hace de este lugar uno de los más interesantes en este sentido.
El conjunto arqueológico de Belmaco está formado por una serie de cuevas naturales tipo habitación y una gran estación de grabados rupestres. En estas cuevas vivían los benahoaritas, antiguos pobladores de Benahoare (nombre con el que se designaba a La Palma). Recorremos las sendas que nos trasladan a una época antigua. Los paneles informativos nos ayudan a interpretar los grabados en la roca. También hay un museo con elementos que se han encontrado en estas cuevas y en otros lugares de la isla.
La entrada cuesta 2 euros y es muy interesante. Hay una pequeña tienda con productos de artesanía y de gastronomía local.
Después nos vamos a hacer una caminata a la llamada Montaña del Azufre, que es Monumento Natural. Nuestra intención era llegar a la zona más alta de cumbre pero las rachas de viento muy fuerte nos lo impiden haciendo peligrosa la ascensión, así de decidimos bajar directamente a la Playa del Azufre, una preciosa playa que se encuentra totalmente desierta. Para llegar a ella hay que recorrer un sendero bastante expuesto, incluso bajando por una escalera de metal instalada para superar un desnivel de unos 5 metros.