Cabo de Gata con niños
Te vas con un poco de pena por tener que dejar Cabo de Gata, pero con la ilusión de que seguirá aquí y la esperanza de volver más pronto que tarde.
Índice de temas
- Llegamos a Las Negras y visitamos el Isleta del Moro
- Sendero de La Molata desde Las Negras hasta el Playazo
- La playa de los Muertos y la Mesa de Roldán
- Calas de San José: Genoveses y Monsul, con parada en la Cala de los Amarillos
- Las Negras – Cala de San Pedro. Rodalquilar
- Cala del Plomo y Cala de En Medio
- Comentarios
Llegamos a Las Negras y visitamos el Isleta del Moro
Apartamento Las Estrellas en Las Negras
Nuestra base para este reportaje la tenemos en el pueblo marinero de Las Negras. Hemos elegido un alojamiento ubicado en alto. De esta manera podemos tener vistas al mar y perspectiva de como se dibuja la costa entre montañas áridas y colores característicos de esta comarca que contrastan con el azul del mar y del cielo. Desde la terraza tenemos una vista espectacular del pequeño pueblo de Las Negras y su playa. Por la noche merece la pena salir fuera para respirar aire puro y disfrutar del silencio de la noche y del cielo nocturno.
Para la documentación del entorno y rutas en Parque Natural Cabo de Gata-Níjar de este reportaje hemos utilizado este fabuloso libro: Guía Oficial del Parque Natural del Cabo de Gata de la editorial Almuzara.
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Nos alojamos en Apartamento Las Estrellas, una casa independiente ubicada en un lugar privilegiado, un autentico mirador con muchos exteriores, terraza privada con barbacoa y piscina.
El apartamento es espacioso muy luminoso. Está muy bien decorado, de manera sencilla y elegante a su vez. Cuenta con todas las comodidades para pasar unos días de vacaciones. Camas cómodas que invitan al descanso, grandes armarios, aire acondicionado y ventiladores, y cocina totalmente equipada con electrodomésticos, incluyendo lavavajillas. El interior de la casa tiene salón y cocina integrada en el mismo, dos habitaciones con camas muy cómodas y baño con bañera. Es ideal para una familia con niños o para dos parejas, aunque realmente cualquier tipo de familia puede acomodarse.
Cuando sales de tu hogar y te alojas en una casa, normalmente siempre te falta alguna cosa que te haría la estancia más fácil y cómoda, sobre todo con un bebé, pero en este caso, todo estaba perfecto. No echamos en falta ni un solo detalle. Realmente estuvimos como en casa. Los propietarios Rosa e Ingmar han pensado en todo.
A nosotros lo que más nos gustó fue la terraza del salón con vistas a Las Negras y el mar como telón de fondo. No sabría si elegir el amanecer tomando un café en la terraza, el atardecer con el mar en calma, o la noche con aquel silencio y bajo el cielo estrellado.
Y por supuesto la piscina en la parte de atrás de la casa, siempre con buen solecito y resguardada del viento. La usamos mucho por las tardes, después de venir de la playa, siempre nos apetecía un último bañito.
Es muy curiosa la historia de por qué se llama esta población Las Negras. Nos cuentan los oriundos del lugar que el nombre le viene de un antiguo naufragio. Los marineros que vivían en San Pedro se echaron a la mar y después de un gran temporal nunca más regresaron, así que las viudas se vieron en la necesidad de acercarse a otras poblaciones para poder subsistir, y fundaron el pueblo de Las Negras, llamado así por el luto que guardaban estas mujeres.
Este pueblecito con poco más de 350 habitantes se encuentra en la misma costa rodeado por montañas ocres y rojizas.
Después de acomodarnos en la casa y hablar un ratito con Rosa e Ingmar decidimos salir a la primera toma de contacto con Cabo de Gata. Desde el mismo alojamiento salimos hacia el cruce Nijar - San José. Tomamos dirección San José para ir por la carretera que discurre por el parque natural, es un paseo agradable en el que tenemos varios puntos de interés.
El paisaje muestra montañas de carácter desértico y bastante colorido: ocres, rojizos, blanquecinos, todo mezclado. El primer punto que nos encontramos es Rodalquilar y valle del mismo nombre. Ahí tenemos un punto de información y jardín botánico, pero lo dejamos para más adelante.
Después de una pequeña subida por la carretera llegamos al Mirador de la Amatista, desde donde se divisa perfectamente la línea de costa con sus acantilados, calas y morras y hacia el oeste el volcán de los Frailes. Viendo este paisaje de acantilados salvajes, modelados durante años por el mar y por el viento, colores ocres, blancos, rojizos, el mar y el cielo como base del lienzo, aquí, en medio de este paisaje es cuando te das cuenta que estás en un lugar privilegiado.
Tras las fotos de rigor a la costa que desde aquí se divisa bajamos al Isleta del Moro, un curioso poblado de pescadores en un cabo terminado una elevación y a continuación un isleta. La playa de la Isleta se llama Playa del Peñón Blanco y es muy frecuentada por caravanas, ya que hay una gran explanada en la parte superior de la playa donde suelen parar.
En este poblado también tenemos un punto de información en una parte elevada donde también hay un mirador. Desde aquí tenemos vistas espectaculares al volcán de Los Frailes y a los Escullos, con su duna fósil. Justo aquí comienza un sendero que va desde aquí hasta los Escullos, de una hora de duración aproximadamente y que atraviesa costa y acantilados de gran belleza.
Sendero de La Molata desde Las Negras hasta el Playazo
Hoy vamos a conocer la playa de El Playazo. Salimos desde Las Negras y vamos a recorrer a pie el Sendero de la Molata que nos llevará a esta playa en unos 2,8 km a través de sendas que son reliquia del antiguo camino militar que comunicaba las fortalezas costeras. Hoy en día el sendero está señalizado y documentado con paneles informativos, y es fácil para ir con niños. Solo hay que tener un poco de cuidado cuando el sendero se acerca al acantilado. El camino está en buenas condiciones, pero mucho cuidado con los peques en ciertos momentos, ya que una caída puede ser fatal.
Comenzamos en la población de Las Negras, en la playa caminando hacia el oeste, cruzamos un puentecito, donde se preparan unos jinetes para hacer una ruta a caballo.
Tenemos que decir que el mes de septiembre, nuestro favorito para realizar cualquier tipo de viaje, en este 2018 ha sido tormentoso y las playas no están en su mejor momento por las riadas que han sufrido recientemente. Hemos llegado justo después del temporal y en Las Negras trabajan para adecuar las playas para lo que queda de temporada ya que aquí, si el tiempo lo permite, el mes de septiembre y octubre es posible ir a la playa con una temperatura agradable.
Después del puente continuamos en subida por una pista asfaltada, y luego bajamos hasta la Cala del Cuervo, donde también está el camping La Caleta.
Después hay que volver a subir pero sin pasar por unas ruinas, que dejamos a nuestra izquierda. Continuamos hasta ganar altura para caminar por un precioso tramo de sendero por el acantilado que va manteniendo altura hasta que cambia de divisoria. En este punto ya vemos El Playazo y la Fortaleza de San Ramón de Rodalquilar.
Ya solo queda ir bajando, contemplando un bosquete de pino rastrero y plantas suculentas que abundan en la comarca. Disfrutamos de formaciones rocosas espectaculares que dan forma al acantilado hasta llegar a lo que llaman La Molata, que es una elevación en forma de mesa donde se encuentra la fortificación de San Ramón. El acceso a esta fortaleza lo encontramos con un aviso de cartel de propiedad privada, no sabemos por qué, aunque no hay vallas que nos corten el paso, y accedemos sin problema. En esta zona podemos apreciar el contraste de las dunas fósiles con el azul turquesa del mar.
Desde la fortaleza se divisa en su totalidad la Playa del Playazo, que ya está a cinco minutos. Esta playa de arena fina es ideal para familias con niños ya que no tiene mucha profundidad y sus aguas son tranquilas. Se puede acceder a ella en coche, hasta un parking desde Rodalquilar, aunque nosotros hemos preferido acceder caminando desde Las Negras.
En esta playa conviven en armonía todo tipo de público, se practica también el nudismo. Se respira buen ambiente. La gente del lugar es muy amable y te tratan como si fueras de la familia. Incluso una señora nos prestó una sombrilla que no estaba usando porque nos vio con el bebé y pensó que nos podría venir bien. Como habíamos ido a pie no llevamos sombrilla y nos vino genial para alargar un poquito nuestra estancia en la playa.
El ratito que estamos aprovechamos para bucear y descubrimos que hay a pocos metros de la playa praderas de posidonia. Es una planta acuática (no un alga) endémica del Mediterráneo que forma grandes praderas cerca de las playas, florece en otoño y tiene un valor incalculable para evitar la erosión de la costa, a la vez que sirve de refugio y alimento para muchas especies de animales marinos. Es un indicador de la calidad de las aguas.
La playa de los Muertos y la Mesa de Roldán
Hace algún tiempo, puede que más de 10 años, en uno de nuestros viajes a Londres, conocimos a una mujer que viajaba con su hija y eran de Almería. Nos decían que la gente de Almería frecuentaba siempre las mismas playas, pero que había una que era su preferida y que nadie iba allí. La Playa de los Muertos, nos decía, tenéis que ir, no va nadie allí porque hay que andar bastante para llegar. Desde aquella recomendación siempre hemos querido ir. Y había llegado el momento.
Al llegar nos dimos cuenta del porque de la recomendación de aquella señora, la playa es fantástica, una de las mejores en las que hemos estado. Pero una cosa sí que había cambiado. Mucha gente conoce ya la playa, y está dispuesta a caminar los 20 o 30 minutos desde el aparcamiento. Os contamos la aventura de este día.
Para llegar a la playa hay que dirigirse hasta Aguamarga y continuar la carretera hacia Carboneras unos 3 kilómetros. Veremos las indicaciones para el parking de la playa de Los Muertos donde tenemos un Punto de Información. Hay dos zonas de aparcamiento. Una es gratuita, una explanada bastante grande, pero quizás no lo suficiente para los domingos y festivos. Y la otra es de pago y asfaltada. Dejamos el coche en la zona gratuita, ya que hemos llegado bastante temprano y es un día entre semana, así que está casi desierto.
Mesa de Roldán
Antes de bajar a la playa, queremos visitar la Mesa de Roldán, una elevación de unos 220 metros de altitud sobre el acantilado con una torre defensiva del siglo XVIII. Para llegar salimos desde el mismo parking y cogemos la carretera que ascendía al faro que aún se conserva.
Es increíble pensar que hace unos 6 millones de años esta zona estaba inundada por el mar y había arrecifes de coral y hoy en día se conservan los esqueletos fosilizados de los corales. Estas rocas calizas formadas por arrecifes se explotaron a cielo abierto y fueron utilizadas para la construcción del puerto de Carboneras. Unos paneles informativos nos explican esta historia.
Una vez arriba tenemos una vista espectacular de las calas de En medio y del Plomo, así como de la Punta de los Muertos y también del pueblo de Aguamarga. Para bajar podemos hacerlo por la misma carretera que hemos subido o por un sendero. Sea como sea, tenemos que regresar al parking de Los Muertos de nuevo.
Playa de Los Muertos
El sendero para bajar a la playa de Los Muertos es algo pedregoso pero es sencillo. Solo hay que tener en cuenta que no se puede ir en chanclas. Mejor un calzado cerrado y con buena suela. En una media hora estaremos en la playa.
Una vez llegada a la playa, en la parte izquierda suele practicarse el nudismo. En esa zona hay unas formaciones geológicas que se asemejan a columnas.
La playa es grande, de cantos rodados. Es imprescindible llevar calzado para poder caminar por ella e incluso para bañarse. Al ser el fondo de piedras pequeñas, normalmente la visibilidad es muy buena y se pueden ver peces de todos los tamaños con unas gafas de bucear.
Si vais con niños hay que tener cuidado porque la playa es bastante profunda y tiene grandes escalones en la orilla. Puedes encontrarte con que a 3 metros de distancia ya puede haber una profundidad de 3 metros. Si no quieres bajar con sombrilla, hay zonas donde puedes encontrar sombra al pie de las grandes rocas en la parte derecha de la playa.
Antes de afrontar la subida al parking, no es mala idea darse un bañito para refrescarse, porque el camino de vuelta se puede hacer algo pesado si hace mucho calor.
Calas de San José: Genoveses y Monsul, con parada en la Cala de los Amarillos
Nuestra intención para hoy es hacer una ruta de senderismo a lo largo de las playas y calas vírgenes de las cercanías de San José, pasando en primer lugar por la playa de Genoveses y llegando a Monsul, dos de las playas más visitadas del Parque Natural. Y conociendo otras no tan conocidas y más recónditas. Lo que ocurre es que en septiembre aún el calor aprieta y con un bebé se hace muy penoso avanzar bajo el sol y con altas temperaturas, así que no pudimos completar el recorrido previsto, y nos quedamos en una de las calas que nos han gustado antes de llegar a Monsul.
Hemos dejado el coche en San José y nos dirigimos a la playa de Genoveses a pie por un sendero con vegetación muy característica y propia del parque: pitas, palmitos, palmeras. Llegamos en 30 minutos aproximadamente y vamos por la orilla de la playa a pie. Es una playa muy extensa y bastante ancha. No tiene mucha profundidad y sus aguas son tranquilas, por ello es muy recomendable para ir con niños.
Después de recorrer la playa, el sendero comienza a ascender poniéndonos encima de un acantilado. Si miramos abajo pronto veremos las Cala de los Amarillos donde decidimos bajar ya que estaba apretando mucho el calor y la verdad que no pudimos resistirnos a la belleza de esta pequeña cala. Hay varios caminitos para bajar, algunos más fáciles que otros. Nos encontrábamos arriba mirando cómo afrontar el descenso para no resbalar, y desde abajo un chico nos señaló la zona por la que era más fácil. Se lo agradecemos mucho porque estábamos a punto de desistir ya que lo veíamos complicado. Nos dirigimos hacia donde nos señaló y pudimos llegar a la playa. Aún así habrá personas que no se atrevan, ya que la altura es bastante evidente y hay algunos puntos en los que hay que usar las manos para apoyarse.
Esta pequeña playa está rodeada de acantilados. Tiene sombra natural en la parte derecha de la playa, según llegamos. Esta playa está bastante resguardada de los vientos y el agua es clara y transparente dejando ver el fondo marino. Muy recomendable para niños, exceptuando la bajada, claro.
Si hubiéramos continuado habríamos conocido la Cala Chica, Cala Príncipe, Cala Barronal, todas de baja ocupación ya que para llegar hay que acceder después de andar algunos kilómetros por caminos y senderos algo escarpados.
Nuestra intención era llegar a la playa de Monsul, pero debido al calor, y dado que ya habíamos estado en otra ocasión, nos quedamos antes. No obstante tenéis que saber que es una de las playas más bonitas y emblemáticas de Cabo de Gata y os recomendamos totalmente que la conozcáis. Llama la atención por su enorme duna móvil y por una enorme roca que invade la playa y que ha sido escenario de películas como 'En busca del arca perdida', 'Las aventuras del barón Münchhausen', 'Lawrence de Arabia', ó 'El hombre que perdió su sombra'.
Podéis llegar a la playa de Monsul en coche desde San José a través de un carril terrizo. En verano el ayuntamiento habilita transporte en bus a estas playas desde San José ya que los parkings se quedan pequeños para tantos visitantes.
Las Negras – Cala de San Pedro. Rodalquilar
Hoy queremos visitar la Cala de San Pedro, de incalculable belleza y a la que solo se puede acceder a pie después de caminar unos 4 kilómetros, o también en barco desde las poblaciones cercanas, Las Negras o Aguamarga.
En sus alrededores vive una pequeña comunidad hippie, a los que se suele ver por la playa y que incluso han habilitado algunos chambaos a modo de chiringuito. Esta playa tiene un manantial de agua dulce permanente. Sus aguas con tranquilas y cristalinas y a ambos lados de la cala existen abruptos fondos rocosos, que contrastan con los fondos de posidonia a lo largo de todo el fondo de la playa.
Como decíamos, a la Cala de San Pedro solo se puede acceder en barco, o a pie. Nosotros hemos salido desde Las Negras. Aparcamos el coche en la Calle Agüilla y empezamos a caminar por un carril terrizo en bastante mal estado para los vehículos. Aún así hay gente que aprovecha este carril para acceder al aparcamiento de la Cala San Pedro, que está más o menos a unos 3 kilómetros. Tenemos que decir que la normativa del Parque Natural Cabo de Gata no permite ni el tráfico de vehículos ni el estacionamiento en este camino. Aún así, hay coches transitando y estacionados.
Nosotros vamos a pie para disfrutar de las vistas que tenemos, de Las Negras, de su cerro y las montañas que la rodean y de todos los acantilados y alguna que otra calita que podemos ver desde el camino. Al principio tenemos una subida un poco exigente sobre todo si hace calor. Con el cerro negro, siempre presidiendo a la derecha nuestros pasos, con su color oscuro y numerosas covachas reflejando su origen volcánico.
Después el camino va llaneando hasta llegar al supuesto aparcamiento. Tras dejar el parking comienza un bonito sendero de acantilado que quizá para los que padezcan vértigo pueda ser poco recomendable. Está equipado con un pasamano en algún tramo más expuesto. Según caminamos, vemos que alguien ha dejado abandonada ¡una moto! Nos parece increíble que haya podido llegar hasta allí por ese estrecho sendero. Desde luego, como dicen mucho en mi tierra "hay gente para todo".
Ya en esta parte caminamos con nuestro objetivo en el horizonte y fraguándose la recompensa del baño en las cristalinas y apetecibles aguas de la Cala San Pedro. Las manchas oscuras en el agua muestran las colonias de posidonia que son hogar de muchas especies de peces. Si podemos llevar material para bucear disfrutaremos aún más del merecido baño.
La última parte del sendero es en bajada, muy cerca ya de la playa, donde nos encontramos el Castillo de San Pedro, el manantial y la fuente de agua dulce junto con un cartel de normas escritas para la conservación del entorno. Algunas tiendas de campaña y chambaos se extienden por la playa y su entorno.
Después de pasar un buen rato de baños y jugar con la arena, regresamos por nuestros pasos hasta Las Negras.
Para acceder en barco desde Las Negras podéis hacerlo con la empresa local Al Abordaje del Cabo, que os harán una ruta guiada y os enseñarán no solo la Cala San Pedro sino rincones escondidos de la costa que solo se pueden ver por mar.
alabordajedelcabo.com
Rodalquilar
Por la tarde visitamos el pueblo de Rodalquilar, por recomendación de nuestro anfitrión Ingmar. Allí tenemos un punto de información del Parque Natural, un vivero y algunas instalaciones municipales informativas.
Pero lo realmente interesante de este pueblo es el arte. Aquí las paredes de las casas se convierten en lienzos donde múltiples artistas muestran su obra. Se trata de una iniciativa vecinal en colaboración con artistas locales para adornar el pueblo con diversas obras de arte. Así este, ya de por sí, bonito pueblo nijareño se embellece aún más.
Incluso las antiguas casas abandonadas del poblado minero están decoradas con arte. Rodalquilar era un poblado minero donde vivían los obreros para trabajar en las minas que lo rodean, ya en desuso. Se encuentra en un bonito valle rodeado de montañas y cerros con gran contraste de color.
Paseamos tranquilamente por su calle principal admirando las obras y nos llama la atención un bar roquero con buena música, así que nos paramos allí para tomarnos una cerveza fresquita. Cervecería El Crisol se llama, con una terracita muy agradable. Probamos la cerveza artesana del Cabo, con un sabor característico. ¡Nos gusta! Aquí tienes su página web (www.cervezaselcabo.com)
Cala del Plomo y Cala de En Medio
Nos desplazamos en coche a Aguamarga para hacer una ruta a pie y visitar dos calas de incomparable belleza en Cabo de Gata: la Cala de Enmedio y la Cala del Plomo, ambas merecen una buena caminata antes de darse un baño en sus cristalinas aguas.
Dejamos el coche en Aguamarga y comenzamos el sendero de la Cala de En medio, que está bien señalizado con marcas de pintura blanca y azul. Al principio del sendero tenemos un cartel informativo que nos indica que se puede llegar desde Aguamarga hasta la Cala San Pedro en unos 12 kilómetros. Nosotros no vamos a llegar tan lejos, pero lo anotamos por si hay ocasión en el futuro.
Comenzamos el sendero que va llaneando entre cerros redondeados y vemos que la vegetación es matorral bajo, propio de este clima. En poco más de veinte minutos ya tenemos a la vista la Cala de Enmedio. Nos gusta lo que vemos desde la distancia, aunque decidimos continuar el camino hacia la Cala del Plomo y pararnos a la vuelta para echar un ratito de playa en la de En medio, con la idea de estar más cerca de Aguamarga para la vuelta, y que no nos de tanta pereza volver.
En poco más de media hora ya divisamos un bosquecillo con pinos, palmeras y otros árboles que está a pie de la Cala del Plomo. De lejos, parece como un oasis. Esta cala está aislada, aunque se puede llegar a ella en coche a través de un carril de unos 7 Km. Nosotros recomendamos acceder a pie ya que el carril está en bastante mal estado.
Es una cala bastante grande con arena fina en la orilla y no es muy profunda, así que es ideal para que los niños jueguen en el agua. A ambos lados de la playa hay formaciones rocosas de dunas fósiles, que hacen del lugar un paraíso del que le guste explorar. ¡Hasta se puede jugar al escondite! El fondo marino es espectacular también.
Después de las fotos de rigor, desandamos nuestros pasos para ir a la Cala de En medio que antes vimos desde la distancia.
Esta pequeña cala está también aislada de cualquier población y la única manera de llegar a ella es en barco o a pie desde Aguamarga (unos 30 minutos). Se trata de una playa espectacular de arena clara y aguas cristalinas. A ambos lados de la playa hay formaciones rocosas blancas muy curiosas que contrastan con el azul del mar y del cielo. Los amantes de la fotografía tienen muchos rincones curiosos para fotografiar.
Nos asomamos a estas rocas que se sumergen en el mar. El día que hemos elegido es perfecto, el mar está en total quietud y se ven desde arriba algunas medusas que aprovechamos para fotografiar.
También es apta para los niños porque tiene poca profundidad y sus aguas son tranquilas. Disfrutamos de unos baños en el mar antes de retomar el camino para volver al coche.
La mayoría de las playas y calas que hemos visitado son playas naturales sin servicios, ni papeleras ni recogida de basuras, y es fundamental que no dejemos nada en ellas, que nos llevemos todo lo que hemos traído y respetemos el entorno. Incluso, si podemos, llevarnos basura si vemos algo tirado. Nosotros siempre llevamos una bolsa de plástico para ir recogiendo cosas que la gente ha dejado o que llegan desde el mar, siempre que no pese mucho. Si lleváis niños, es una estupenda forma de educar y a su vez entretenerlos. Al final, cuando llegamos al coche se busca un contenedor y se tira.
De vuelta ya en Aguamarga, nos asomamos a su playa, esta sí cuenta con todos los servicios y accesibilidad propios de una playa con Bandera Azul. Paseamos también por las estrechas calles de esta aldea marinera.