Barcelona
Índice de temas
- DÍA 1.- Paseo por la Ciudad Vella: el Barrio Gótico
- Día 2.- Gaudí: Sagrada Familia, Casa Milá (La Pedrera), Parque Guell, Casa Batlló
- Día 3.- Museo Picasso, Palau de la Música Catalana, Camp Nou
- Día 4.- Colonia Guell, Monserrat y Fuentes de Montjuic
- Día 5.- Mongat, Fachada Marítima, Arco del Triunfo, Parque de la Ciudadella
- Día 6.- Vic y vuelo en globo
- Día 7.- Último día en Barcelona
- Comentarios
DÍA 1.- Paseo por la Ciudad Vella: el Barrio Gótico
Llegamos a Barcelona en coche, algo que no es muy recomendable, sobre todo si te alojas en pleno centro, como era nuestro caso. Resulta que por cuestiones de organización del viaje nos vimos conduciendo ¡por la misma Plaza de Cataluña!
Nos dimos cuenta, circulando, que Barcelona no es para conducir sin conocer. Tienes que saber dónde vas y tener muy claro cómo vas a llegar. No vale dudar al volante. Y tampoco vale parar ni siquiera para descargar equipaje. Por no hablar del aparcamiento, no sabrás donde dejar el coche (zona verde, zona azul, tiempos limitados…)
Por todas esas razones, te recomendamos ir a Barcelona en avión o en tren. Una vez allí, vas a usar transporte público para moverte por la ciudad, y el coche solo va a ser un estorbo. Nosotros decidimos olvidarnos del coche, y dejarlo aparcado en una zona lejos del centro, cerca de la zona universitaria a 2 minutos de la estación de metro de Palau Reial. Nos sirvió de mucha ayuda este simpático post: Donde aparcar gratis en Barcelona.
Después de todo el estrés que pasamos al volante, teníamos que relajarnos, y para eso, nada más dejar el equipaje en el apartamento nos dispusimos a dar un paseo por el Barrio Gótico, donde el ruido del tráfico queda sustituido por el rumor del agua de las fuentes de los innumerables patios de los edificios históricos.
Esta parte antigua de Barcelona construida sobre la ciudad romana es para recorrerla tranquilamente disfrutando de la atmósfera histórica que desprende. En sus calles estrechas y empedradas, reservadas en exclusiva para los peatones, conviven iglesias centenarias, edificios históricos y museos de todo tipo de temáticas: Museo de Historia, de la Moto, del Calzado, de los Inventos, del Chocolate.
Merece la pena asomarse a los patios de muchos de los edificios, que eran antiguas caballerizas y que en la actualidad albergan jardines románticos donde el tiempo parece perderse en el sonido del agua de las fuentes.
De repente, rodeados de turistas y locales llegamos a la Catedral gótica de Barcelona, y entramos en el claustro muy peculiar con la presencia de frutales, fuentes y estanques con ocas, que le otorgan un ambiente romántico especial. Seguimos caminando dejándonos guiar por nuestra intuición y llegamos a la Plaza del Rey, donde luce especialmente el esplendor medieval y donde encontramos el Museo de Historia que da acceso a un yacimiento romano y paleocristiano, en el subsuelo. Nosotros, sin embargo continuamos por la superficie hasta llegar a la Plaza de San Jaume. Allí queda representado el poder político: a un lado el Palau de la Generalitat, de fachada renacentista, sede del gobierno catalán. Y justo en frente el Ayuntamiento de Barcelona.
Nos internamos en la zona del Born y la Rivera, donde llama nuestra atención la Catedral de Santa María del Mar, con sus dos torres octogonales y su gran rosetón central. Construida sobre los cimientos de la parroquia de las Arenas, que fue construida extramuros de la ciudad romana, por estibadores, armadores, mercaderes y todos los oficios relacionados con la actividad portuaria. El interior es muy amplio, espacioso y bello con una luminosidad extraordinaria.
Hemos caminado bastante y tenemos una primera toma de contacto, por lo que decidimos volver bajando hasta el Paseo de Colon, dirigirnos hasta el Mirador de Colón, con la escultura de Cristobal Colón a 50 metros del suelo. Desde allí cogemos las Ramblas hacia la Plaza de Cataluña.
Y qué decir de Las Ramblas. Si Barcelona fuera un organismo vivo, Las Ramblas se podría considerar uno de los órganos vitales de la ciudad. Es un amplio paseo siempre bullicioso con gentes de todos los orígenes del mundo. A ambos lados, puestos de flores y todo tipo de souvenirs, artistas tocando algún instrumento, gente cantando, bailando o haciendo algún performance. Solo caminar por Las Ramblas, es todo un espectáculo sensorial.
Para esta primera toma de contacto con la arquitectura y la historia de la ciudad contamos con una guía excepcional, una persona que lleva viviendo muchos años en Barcelona: mi tía Isabel, a la que además hacía más de diez años que no veía. Ella conoce detalles interesantes en los que no hubiéramos reparado de ir solos. Y por ello merece un agradecimiento especial.
Día 2.- Gaudí: Sagrada Familia, Casa Milá (La Pedrera), Parque Guell, Casa Batlló
Hoy dedicamos el día completo a admirar algunas de las obras más importantes de Gaudi, máximo exponente del modernismo catalán. Muchas de sus obras están declaradas Patrimonio de la Humanidad. Es realmente emocionante entrar en cualquiera de los edificios diseñados por Gaudi, donde la creatividad y la imaginación son protagonistas de una forma fantástica, en sentido literal.
Gaudi no solo diseñaba la estructura del edificio, sino que imaginaba cada detalle en consonancia con la atmósfera que quería crear: muebles, puertas, pasamanos, picaportes y hasta llegó a crear una tipografía propia. Sus obras transmiten un ambiente fantástico a todo el que las visita.
Comenzamos nuestro recorrido Gaudi en su gran obra: la Sagrada Familia, el monumento más visitado de España, con más de tres millones de visitantes al año. Y eso se nota conforme te vas a acercando. Cientos de turistas, cámara en mano, recorren los alrededores del templo, intentando captar desde fuera la magnificencia de esta obra.
A pesar de no estar en temporada alta de turismo, tenemos cola para la taquilla, aunque en unos 15 minutos nos atienden, para acceder al interior del templo. Lo primero que nos llama la atención es la luminosidad y el hecho de que el color predominante es el blanco. Después me voy fijando en otros detalles. Es tan diferente a cualquier otro edificio que tienes que ir asimilando poco a poco lo que vas percibiendo. Las vidrieras transforman la luz del sol en tonos naranjas, verdes, azules, e iluminan zonas concretas, creando un espectáculo visual extraordinario.
Las columnas se asemejan a árboles sustentando las bóvedas, ramificándose en altura, imitando los nudos de los árboles, confiriendo al edificio un estilo orgánico inspirado en la naturaleza. De hecho, nos encantó esta frase de Gaudi que pudimos leer en el museo (debajo de la Sagrada Familia): "El gran libro que hay que tener siempre abierto y esforzarse en leer es el de la Naturaleza".
La altura de las columnas es otro detalle que impresiona. La espectacularidad y originalidad de esta obra de Gaudi y la altura del templo, hace que la mayor parte del tiempo estés mirando hacia arriba. Tienes la opción de subir a alguna de las torres abiertas al público, y también puedes ver el museo que se encuentra en el sótano, con curiosidades interesantes, como fotografías de los primeros años de construcción cuando no existían edificios a alrededor, o las maquetas originales que usaba Gaudi.
Puedes estar todo el día admirando la Sagrada Familia por dentro y por fuera, pero nosotros tenemos pensado ver dos de las casas más representativas de Gaudi, que se han convertido en símbolos de la ciudad: la Casa Milá, también conocida como La Pedrera. Y la Casa Batlló.
Para la visita a la Sagrada Familia recomendamos sacar las entradas con antelación.
Desde la Sagrada Familia, caminamos hasta el número 92 del Paseo de Gracia donde se encuentra la Casa Milá, también conocida como La Pedrera, concebida en su día como un edificio de viviendas y que actualmente se puede visitar. Ya desde fuera se la reconoce por sus ondulaciones y las formas de su azotea. De hecho, la azotea es una de las joyas de la casa, con chimeneas y terminaciones con una estética tan diferente al resto de los edificios de la zona que el contraste es brutal. Incluso el suelo de la azotea es ondulante, al igual que el exterior.
La visita se realiza con un sistema de audioguía que explica la historia del edificio. Su construcción fue encargada por el empresario Pere Milá al ya consagrado arquitecto. Gaudí aplicó técnicas arquitectónicas novedosas, como la fachada autosustentable.
Muy cerca de esta casa en el mismo Paseo de Gracia se encuentra otra fachada que llama poderosamente la atención del transeúnte. Se trata de la Casa Batlló, también encargada por otro empresario a Gaudi, en un momento en el que había una feroz competencia de la alta burguesía de Barcelona de contratar a los mejores arquitectos del momento. Reconocerás la casa en cuanto veas su extraordinaria fachada y su cubierta emulando la forma de un dragón. Es como observar un cuadro impresionista. Cuando la veas querrás entrar. Es muy original y divertida, porque además de ser un espectáculo por el propio diseño de Gaudi, han elaborado un sistema de audioguía aplicando técnicas de realidad aumentada, que le dan un toque de realismo a la visita.
En la Casa Batlló, Gaudi se encontraba en el cénit de su creatividad y se había despojado por completo de las corrientes arquitectónicas clásicas, llegando a aplicar su propio estilo naturalista. Por momentos, cuando estás dentro de la casa, puedes imaginar que estás en el fondo del mar, o que has entrado en la guarida de un dragón.
Por la tarde, fuimos al Parc Guell, otro de los símbolos de Barcelona y de Gaudi. Nunca he visto tantos palos de selfie juntos en un solo lugar, sobre todo, al lado de la colorida salamandra de cerámica. Quisimos y no pudimos fotografiarlo en solitario.
Este parque es uno de los lugares de esparcimiento de los catalanes y una de las atracciones turísticas más visitadas de Barcelona. Pero no fue creado para este fin. Cuando comenzaron las obras en el año 1.900 tenía que ser una urbanización de 60 fincas en las que cada propietario podía construir su vivienda respetando unas normas básicas. El empresario Eusebi Guell encargó el diseño de las zonas comunes a Gaudí.
La entrada al parque es gratuita, excepto para la zona monumental, que es donde se encuentra el mayor atractivo. Nosotros estuvimos paseando primero por la zona libre y subimos a la parte más alta donde se encuentra la colina de las Tres Cruces. Allí había un chico interpretando canciones con su voz y su guitarra, mientras la gente bailaba y cantaba. Las vistas de Barcelona desde aquí son espectaculares.
Entramos a la zona monumental por la Plaza de la Naturaleza, una explanada de arena que fue concebida para el recreo y lugar de encuentro de los vecinos de la urbanización. Destaca un enorme banco a lo largo de toda la plaza hecho de colorido trencadís. No solo es original y llamativo, también cómodo. Prueba a sentarte y te darás cuenta de que es anatómico y se ajusta perfectamente a la columna.
Caminar por esta zona monumental del Parc Guell es como estar dentro de un cuento infantil por la originalidad y creatividad de las formas y los detalles. No dejes de mirar el techo de la Plaza de las Columnas, que se creó para ser el mercado de la urbanización. Baja por las escalinatas dobles de acceso donde se encuentra la famosa salamandra de colores. Fíjate en las columnas elicoidales de la rampa. Todo es una fantasía. Si tienes tiempo puedes entrar a la casa del guarda y la conserjería, que por fuera son inspiradoras, con sus maravillosas cubiertas de colores.
De las 60 fincas que se pusieron a la venta, solo se vendieron dos y el proyecto fracasó. Gracias a ello, hoy podemos disfrutar de este parque, ya que en 1920 el Ayuntamiento de Barcelona adquirió los terrenos para dedicarlos a parque.
Web de la Sagrada Familia
Web de la Casa Milá - La Pedrera
Web de la Casa Batlló
Web Parc Guell
Día 3.- Museo Picasso, Palau de la Música Catalana, Camp Nou
Después del intenso día dedicado a Gaudi, hoy vamos a visitar el Museo Picasso en el barrio gótico. La visita puede hacerse con el apoyo de una audioguía muy completa que explica la evolución de las etapas por las que pasó el artista, y se centra en algunos cuadros muy representativos del malagueño, que llegó a Barcelona cuando solo tenía 14 años. La ciudad dejó una huella muy importante en Picasso.
Muy cerca se encuentra el Mercado de Santa Catalina, y aprovechamos para picar algo mientras paseamos por sus puestos de productos frescos con un colorido espectacular. Los mercados de Barcelona son otro atractivo digno de visitar y que recomendamos.
También vamos a ver el Palau de la Música Catalana, palacio modernista del arquitecto Domènech i Montaner, una de las figuras más representativas del Modernismo catalán. Desde el exterior el edificio llama la atención por los motivos florales de sus columnas y por el hecho de que se muestra como una estructura abierta que nos invita a entrar. Puedes visitar el Palau por dentro si contratas una de las visitas guiadas que se realizan en varios idiomas. Lo realmente recomendable es asistir a alguno de los conciertos que se celebran diariamente allí, pero si no tienes esa opción, siempre puedes entrar con la visita guiada, que vale 18 euros y que incluye una explicación muy interesante sobre el edificio. Tuvimos la suerte de que en el momento de nuestra visita había un concierto de jazz muy divertido, con público joven, chicos de algún colegio. Nos dejaron asistir hasta la finalización del espectáculo.
A la vuelta, pasamos por el colorido Mercado de la Boquería, el más grande de España con más de 6.000 metros cuadrados y nos llamó la atención lo bien que olía en el mercado. Realmente te invita a entrar.
Al salir nos dirigimos a la Plaza de Cataluña para tomar el metro hacia el Camp Nou, y nos encontramos con miles de estudiantes que se manifestaban en las Ramblas por una educación pública de calidad.
La visita al Camp Nou es otro de los clásicos del turismo en Barcelona. No en vano es uno de los museos más visitados de Cataluña. La entrada cuesta 23 euros e incluye un recorrido por los lugares más representativos, como los vestuarios, la sala de prensa, el túnel de salida al campo, y las gradas, así como el museo donde se exponen los trofeos y las copas ganadas por el FC Barcelona. Del museo destacamos unos enormes paneles interactivos donde el visitante puede reproducir las jugadas más importantes en la historia del club. El fútbol femenino también tiene un pequeño lugar en el museo, así como otros deportes como el baloncesto.
Web Museo Picasso
Web Palau de la Música Catalana
Web Camp Nou
Día 4.- Colonia Guell, Monserrat y Fuentes de Montjuic
Después de unos días de descubrir Barcelona por nuestra cuenta, decidimos probar una opción que nos ofreció la Oficina de Turismo para visitar dos puntos importantes de la provincia: la Colonia Guell y la montaña de Monserrat.
Se trata del programa Premium Monserrat & Gaudi con el Cataluña Bus Turistic, un autobús que te lleva desde la céntrica Plaza de Cataluña a estas dos localizaciones, acompañados de un guía experto y que incluye la entrada a la cripta de la Iglesia Guell, el tren cremallera hasta el Monasterio de Monserrat, y entrada a la Escolanía de Monserrat.
Este bus sale desde la Plaza de Cataluña a las 8:30 h. Nos recibe Marc, el guía que nos acompañará, que nos propone las explicaciones en inglés, ya que somos los únicos que lo hemos solicitado en castellano. Por supuesto, aceptamos y comienza el tour que hace su primera parada en la Colonia Guell con visita guiada a la cripta de la iglesia, construida por Gaudí. Esta cripta, como otras muchas obras de Gaudi, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, a pesar de estar inacabada.
Fue encargada por el industrial Eusebi Guell a Gaudi para el uso de los trabajadores de las fábricas que allí se encontraban. Como curiosidad, las rejas de la cripta están hechas con las agujas recicladas de los telares, confiriéndole un aspecto rústico a todo el conjunto. Como todos los trabajos de Gaudi, el resultado es espectacularmente original.
En la misma colonia hay un centro de visitantes con un museo en su interior donde nos sirvieron una copita de cava de la tierra, antes de subir al bus para continuar camino a la montaña de Monserrat.
El bus nos dejó en la estación inferior del tren cremallera, que cogemos para subir al Monasterio. El trayecto, que dura unos 15 minutos es digno de disfrutar. Es recomendable sentarse en la parte izquierda para tener mejores vistas.
Una vez en Monserrat puedes visitar el monasterio y ver la talla de la Virgen de Monserrat, conocida popularmente como La Moreneta. También puedes entrar a la Escolanía. O puedes hacer algunas de las rutas señalizadas por la montaña. Nosotros optamos por subir al punto más alto, el pico San Jeroni (1.236 m. de altitud) realizando una ruta circular subiendo por la Iglesia de San Miquel y bajando por Pla de Ocels. El paisaje es tan diferente a todo lo que se puede hacer en montaña, que merece la pena la caminata, de unas 3 horas y media.
Ya después de la caminata el bus nos recoge a las 16h. en el parking del monasterio. Bajando de la montaña en el bus, pasamos por otra de las ermitas que se reparten por este macizo montañoso, la ermita de Santa Cecilia. A las 17h. estamos de vuelta en Barcelona.
Aún nos queda energía para disfrutar de uno de los espectáculos gratuitos a los que puedes asistir en Barcelona: la Fuente Mágica de Montjuic, que combina agua, luz y música para deleitar a los visitantes que se acercan. Hay tres pases a partir de las 19:30 h. los viernes y los sábados.
Día 5.- Mongat, Fachada Marítima, Arco del Triunfo, Parque de la Ciudadella
Hoy vamos a hacer algo diferente. Cogemos la línea de cercanías Barcelona en dirección Mataró, que tiene el privilegio de ser la primera línea de ferrocarril que se construyó en España. Nos bajamos en Mongat, un pequeño pueblo pesquero que conserva, en el corazón de sus calles, la tradición marinera. Nada que ver con el bullicio de la ciudad, a solo 20 minutos. El principal atractivo es su extensa playa y su estrecho paseo con unos cuantos barecitos que ofrecen una carta basada en productos del mar. No es difícil imaginarse el trasiego de pescadores y venta de pescado en la plaza junto a la pequeña iglesia de color claro.
Regresamos a Barcelona para seguir descubriendo rinconces, y esta vez nos bajamos del cercanías en la parada de Arco del Triunfo, un paseo amplio y diverso con gentes paseando en esta mañana de sábado. Un grupo de mujeres orientales disfrazadas de Geishas celebran por adelantado el Día de La Mujer. Un grupo de músicos acompañan a una cantante mientras una cámara rueda toda la escena.
Bajando hacia el mar, llegamos al Parque de la Ciudadella, muy extenso. Un trocito de naturaleza en la ciudad. Las personas le otorgan diversidad. Gente tocando timbales, guitarras, funambulistas ensayando sobre la cuerda floja, niños en bici, un estanque con barquitas y nenúfares.
Seguimos caminando en dirección al mar y llegamos al amplio paseo marítimo con la presencia imponente de las dos torres del Puerto Olímpico y un gran pez de acero diseñado por Frank Gehry y construido en el 92. El paseo marítimo es otro de los lugares de esparcimiento de los barceloneses, que acuden para jugar al vóley, patinar o pasear. O simplemente, como hicimos nosotros, sentarnos en un banco y disfrutar del sol mientras descansábamos de la caminata.
Día 6.- Vic y vuelo en globo
Para este día teníamos planes muy emocionantes. Un vuelo en globo desde la comarca del Osona, concretamente desde Vic, con la empresa Ballo Tours. Joaquim, uno de los pilotos nos recogió en Barcelona para llevarnos en coche hasta el hangar de los globos, pero al llegar a la zona de vuelo, él mismo y otro de los pilotos Miquel nos dijeron que hacía mucho viento y que sería complicado volar. Teniendo en cuenta que la seguridad es lo primero, suspendieron el vuelo y nos invitaron al Marcat del Ram, un festival de globos que sale desde la plaza principal de Vic y que se celebra para mediados de marzo.
Como era temprano y ya nos habíamos desplazado a Vic, decidimos ir a la Oficina de Turismo y pedir información sobre lo que se podía ver allí. Nos dieron información de una ruta a pie por el centro histórico, donde destaca la plaza del mercado o Plaza Mayor, la Catedral y el Templo Romano.
La vuelta a Barcelona la hicimos en tren, en poco más de una hora.
Día 7.- Último día en Barcelona
El espectáculo de las fuentes de Montjuic me impresionó días atrás y quise volver de día para ver la Plaza de España y la avenida hacia el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Así que comenzamos nuestro paseo de hoy en la misma Plaza de España donde se encuentra la antigua plaza de toros de Las Arenas, ahora reconvertido a centro comercial.
Subimos las escaleras hacia el Museo Nacional de Arte y lo rodeamos por la parte derecha, donde hay un Jardín Botánico que se usa para proveer los parques y jardines de Barcelona. Es un rinconcito muy tranquilo en contraste con el bullicio de la Plaza de España. Nos encontramos en la ladera de Montjuic. Seguimos subiendo hacia el Anillo Olímpico, escenario principal de los juegos del 92. Llama la atención sus grandes instalaciones. A la vista, el pebetero olímpico.
Continuamos subiendo las laderas del monte, por zonas urbanizadas. Una carretera sube hasta el Castillo Miramar, aunque decidimos meternos por un sendero que acorta y llegamos en un momento al castillo. Nos asomamos a la parte sur para ver las impresionantes instalaciones del puerto y vamos rodeando por las murallas hasta llegar a la puerta de la fortificación. Aquí tenemos la opción de coger un funicular que tiene tres estaciones. Decidimos seguir bajando a pie y llegamos al Mirador del Alcalde, con unas vistas impresionantes a toda la ciudad de Barcelona. Y más abajo, el Museo Joan Miró, que hoy está cerrado por ser lunes.
Terminamos nuestro recorrido circular a Montjuic. Como nos han quedado algunas cosas por ver, bajamos al centro y damos un paseo por el barrio del Raval, pasando por delante del Palacio Guell.
¿Sabéis que hay en Barcelona un Museo del Jamón? Se encuentra en las Ramblas y está pensado como un circuito sensorial que muestra el proceso de elaboración del jamón, las distintas denominaciones de origen, y finaliza con una cata de seis jamones con dos bebidas incluidas en la entrada. La entrada cuesta 19 euros y la cata es bastante generosa. La puedes degustar en una sala con vistas a las Ramblas.
Para terminar este intenso día y el viaje a Barcelona, nos fuimos al café 4 Gats imbuyéndonos en el ambiente bohemio de la Barcelona de principios del siglo XX.