Ruta de Senderismo con niños: Senderismo en familia en Málaga: Camino de los Presidiarios
La cara norte de la sierra de Mijas esconde parajes de increíble belleza, frondosidad y frescura que pueden darnos agradables momentos para compartir con niños y amigos.
Es el caso del sendero de Los Presidiarios que ahora vamos a presentaros. Conocido por muchos de los habitantes de las zonas de Alhaurín de la Torre y Campanillas. Y también muy frecuentado por ciclistas, que tienen la subida a Jarapalos como ruta habitual.
Este sendero (oficial), marcado como SL-A223 es un trazado lineal.
Datos de la Ruta: Dificultad: Media (por el desnivel). Lineal, 9Km ida y vuelta (hasta el puerto de las 3 caleras). 590m. acumulados de subida. Nosotros tuvimos que regresar antes, en el puerto del Arenal por fuerte lluvia.
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Sendero de Los Presidiarios
El trazado de este sendero finaliza en el puerto de las tres caleras donde se une al tramo de La Gran Senda de Málaga (Benalmádena - Mijas)
Tenemos que decir que es algo duro pues supera un considerable desnivel, aunque llevadero si se hace sin prisa, paciencia y haciendo las paradas necesarias.
También tiene un par de zonas escarpadas, pero no expuestas, donde habrá que tener cuidado de no resbalar si el terreno está suelto.
En todo caso, se puede regresar en cualquier momento, y si queremos aumentar el tiempo de paseo, podemos volver al tramo de pista y proseguir por éste hasta donde nos apetezca como opción más sencilla.
Como el lector podrá imaginar, el nombre le viene porque este sendero fue recuperado por grupos de presos del Centro Penitenciario de Alhaurín.
Esta ruta la hemos hecho dos veces en un año y medio de diferencia. Con un bebé de diferente edad (con cuatro y veintiún meses) y también con un trazado diferente. La primera vez completamos una ruta circular de 16Km donde hacíamos el sendero de los presidiarios en primer lugar, el Puerto de La Media Luna, y el arboretum de Jarapalos como puntos destacados. Y que esperamos también documentar ampliando esta información en cuanto nos sea posible. Ahora vamos a describir la opción más sencilla que es la última que hemos hecho y fotografiado.
Si hay riesgo de lluvia siempre recomendamos dejar ropa de repuesto en el coche. Además de llevar los elementos que mejor nos protejan. En mi caso, mientras pueda prescindir de bastón de senderismo, el paraguas es lo que prefiero si no hace viento.
Crónica de la ruta
Aparcamos frente a la entrada del Tiro pichón de Alhaurín. En su puerta se lee 'Jarapalo'. Lugar a unos 260 metros de altura sobre nivel del mar.
Nos preparamos con todo lo necesario y comenzamos a andar por la pista en subida. A unos doscientos metros nos encontramos con la tablilla informativa del sendero que vamos a realizar.
Tomamos la pista de la izquierda, donde se indica el sendero y continuamos subiendo. Hay que tener precaución si vamos con niños pues hay numerosos ciclistas en esta zona y algunos bajan a gran velocidad.
Aproximadamente a 1.8Km del comienzo nos encontramos a nuestra derecha con un sendero que baja desde nuestro camino a la fuente de La Piedra, que vemos a pocos metros de distancia. Una especie de Alberca con una fuente en uno de sus extremos. Si tenemos suerte podemos ver algún tritón.
Estamos en un espacio con pinos altos donde merece la pena hacer un alto en el camino.
Tras visitar este punto volvemos al camino y estaremos atentos a la curva que inmediatamente nos encontramos para coger a la izquierda el sendero que nos adentrará en la cara norte de la sierra.
Al poco de comenzar veremos una construcción con el dibujo de un herrerillo en una de sus paredes.
A partir de aquí el sendero se pone más pendiente. También disfrutamos de un bosque cerrado donde también hay ejemplares de coscoja, acebuche y matorral mediterráneo como la Jara, el Romero y la Lavanda.
El bosque, muy tupido en esta zona deja menor paso de luz. Tras quinientos metros andados desde que iniciamos este tramo giramos a derecha donde el sendero realiza un zig zag de subida ganando metros con mayor rapidez.
Llegados a un punto de tregua en la pendiente vemos como ganamos perspectiva de la subida que hemos realizado bajo el pinar. También se sumarán ejemplares autóctonos de bosque mediterráneo como encinas.
En la siguiente curva a la derecha nos encontramos con una calera en un lugar realmente inesperado. También unos muros que parecen ser de un aljibe, dando lugar a restos de presencia humana en lo alto de la sierra.
Seguimos subiendo y volvemos a tener vistas al exterior. Vemos al frente en la parte más alta de la línea de montañas, el cerro de la Media Luna. Uno de nuestras montañas preferidas que tenemos cerca, y todo su alrededor. También hacia el norte tenemos vistas del arco calizo malagueño, con el monte Huma y Capilla.
A menos de quinientos metros nos encontraremos con un par de zonas con subida empinadas que pueden ser resbaladizas según se encuentre el terreno. Extremaremos la precaución aquí, sobre todo en la bajada.
Unos trescientos metros después llegaremos al puerto de los Arenales o 'La Playa' como se le conoce coloquialmente, por abundar en él fina arena, que hará las delicias de los más pequeños a los que les encanta jugar con la arena.
Desde este punto es donde comienza la cuesta de los presidiarios, hacia el collado que vemos en alto, con bosque de pino.
Decidimos hacer aquí una parada larga para comer. Mientras Alma disfruta de lo lindo con la arena de 'La Playa', aprovecho para asomarme un poco al sendero que parte desde aquí dirección sur y ver el cerro del Moro (o de las antenas). Y cuando quiero darme cuenta, un nubarrón negro nos estaba ya envolviendo.
Presagiando lo que estaba por llegar, decidimos regresar y no continuar hasta el puerto de las tres caleras, punto final de este sendero de Los Presidiarios. De todas maneras, hoy habían dado lluvia y ya habíamos dado 'una vuelta' más que agradable.
Vemos la rápida evolución de las nubes conforme vamos bajando y los truenos empiezan a sonar. Al poco de entrar en el bosque notamos esa inconfundible quietud absoluta, conocida señal antes de empezar la lluvia. Empieza a llover con fuerza, nos ponemos los chubasqueros y sacamos los paraguas.
En poco tiempo vemos como aprieta más todavía y baja agua por nuestro sendero como si de un arroyo se tratase. Son chubascos de primavera, decimos.
Vemos otros senderistas protegerse como pueden del repentino chaparrón, como con una simple bolsa en la cabeza, mientras bajan apresuradamente. Ya sin parar deshacemos lo andado hasta llegar al coche.
Y como siempre ocurre: El sol siempre ha salido una vez se ha concluido la ruta.
Ya sólo queda secarse y usar la ropa de repuesto antes de regresar.